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En la calle 111A del barrio Mi Esfuerzo, parroquia Antonio Borjas Romero, municipio Maracaibo, se encontraba una comisión de la policía regional en labores de patrullaje, cuando avistaron a dos hombres en actitud sospechosa y evasiva. Desaceleraron la unidad policiaca para cantarle la voz de alto a los sospechosos, desacataron la orden y desenfundaron del cinto de sus pantalones un arma de fuego.
Los oficiales repitieron la acción para repeler cualquier intento de ataque, de inmediato los gatilleros apuntaron sus armas contra la comisión y halaron los gatillos en reiteradas oportunidades. El enfrentamiento armado se inició ayer a las 12.20 del mediodía. Las balas iban y venían entre las partes, los casquillos caían uno a uno en el suelo. El intercambio de balas perduró varios minutos, los delincuentes no daban oportunidad alguna para su captura.
La vida de los oficiales corría peligro, sus balas se acababan. Los maleantes se alejaban metro a metro, y la puntería perdía eficacia. No podían dejarlos escapar, dejar ganar a la delincuencia no era la opción que debían tomar. Lograron herirlos, se acercaron para inmovilizarlos y montarlos en una patrulla para su traslado a un centro asistencial, donde murieron minutos después de ingresar.
Los delincuentes eran José Gregorio Pérez Mendoza, de 24 años, quien tenía un registro policial en el Sistema Integrado de Información Policial por el delito de porte ilícito de arma de fuego; y Eugenio Rodolfo Guillen Báez, de 25 años, quien estaba solicitado por el Juzgado Cuarto de Ejecución por el delito de robo.
En el lugar de los hechos rescataron un revolver, calibre .38, solicitado por robo por la Subdelegación El Vigía de la Policía científica, y una escopeta, marca Canaima, calibre .12, ambas utilizadas por los delincuentes. Una minuta policial reveló que Guillen era uno de los evadidos del retén de Cabimas.