Crisis, conflicto y solución

Venezuela es una olla de presión que podría estallar ante la vista complaciente e inepta del Gobierno más indolente que ha registrado la historia de este país

Siempre hemos dicho que ya esta larga crisis que vivimos los venezolanos, se sufre en cada una de nuestras casas. Hemos dicho que por esa razón no es necesario describirla. Sin embargo, como decía Don Pedro Colina, hay cosas que por sabidas se callan y por calladas se olvidan. Por eso hoy me parece crucial que digamos algunas cosas sobre esa crisis, el conflicto que genera y algunas soluciones dictadas por la sensatez.

La de Venezuela raya ya en una crisis humanitaria. El desabastecimiento de comida y medicinas, producto de la destrucción de nuestro aparato productivo, la precariedad del trabajo que ya no es garantía de vida mejor, los problemas inflacionarios y de pérdida de nuestro poder adquisitivo, el drama de la inseguridad que hace que vivamos en el mundo de la zozobra y de la desesperación, la tragedia de los servicios públicos, signados por el centralismo, la ineficiencia, la partidización y la corrupción, son solo parte de una realidad que tenemos la obligación de combatir.  

Esta crisis profunda va generando conflictos sociales que cada vez revisten más gravedad. La gente, llena de indignación, protesta en las colas. Los trabajadores, en la calle, exigen reivindicaciones laborales. Mención especial merecen los maestros, los profesionales de la salud, los policías. Sueldos equiparables al salario mínimo que no cubren ni el 10 % de la canasta alimentaria. Venezuela es una olla de presión que podría estallar ante la vista complaciente e inepta del Gobierno más indolente que ha registrado la historia de este país. 

La convicción de que este Gobierno no va a tomar ninguna medida que resuelva la situación, nos lleva a la lucha por sacar a quienes solo les importa estar en el poder. Así que la solución comienza por cambiar constitucionalmente al Gobierno. La Unidad Democrática discute cuál es la vía más eficaz de solución. Ojalá pronto resuelva y asuma tanto el referendo revocatorio, que lucharemos en la calle, como la enmienda constitucional, que lucharemos en la Asamblea, y que la primera que se dé, con trabajo, lucha y sacrificio, abra las puertas a la atención global de esta crisis sin precedentes. Venezuela bien vale la pena. 

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