Luisa
La salida del país de Luisa Ortega Díaz, exfiscal de la República, por decisión ilegal de la ilegítima ANC, tiene bailando como un trompo a la deriva o bailando en un tusero, a todos los ñángaras del continente; desde Lula hasta las FARC y desde Cristina Kirchner hasta Correa.
Luisa, mano derecha del “comandante eternamente enterrado”, mucho más que el engendro, sabía todas las marramuncias de su jefe difunto; conocía de antemano y guardaba pruebas de obediencia delictiva por los “verdes” que recibían para mantenerse en el poder, de todos los ñángaras del continente: los Kirchner, tanto el hoy morador del infierno junto a Fidel y su financista preferido, como la que hoy reniega del régimen comunista venezolano. Lula conoció al difunto y lo explotó hasta más no decir, está al borde de ir a la prisión hasta el resto de su vida; Correa, se aprovechó al máximo del ingenuo amigo de Miraflores que le sacó las patas del barro; Pepe Mújica, afirma que el engendro era una cabra loca y allí lo definió todo; el ladrón de Bolivia, solo le interesa los reales que aún recibe. Unasur, es en la actualidad un elefante blanco; quebrada Venezuela, feneció en contraste por ausencia de financiamiento ideológico continental.
Pero hablemos de la chula Kirchner, esa que se revolcó en el estiércol de la pudrición moral junto a su partido; hoy se resiste para no ir a la cárcel. Hoy dice, palabras más o palabras menos: “en Venezuela no hay Estado de derecho, hay políticos presos y hay persecución a la disidencia”. ¿A qué se debe su postura? La respuesta es: me quiero retractar, nunca apoyé ni a Chávez y mucho menos al Maduro. Luisa Ortega, “tiene la sartén por el mango”. Sus denuncias son decisivas para enterrar de la conciencia social todo vestigio de la corrupción continental, que significó el resentido social del museo de la montaña y todas sus triquiñuelas impulsadas por el asesino de Cuba, a través del Foro de Sao Paulo. Aunque ella haya sido un instrumento fundamental para permitir el protagonismo ideológico comunista, hoy es piedra angular, para demostrar lo que todo el mundo sabe: Los ñángaras son y serán delincuentes. ¿será por eso que el engendro, la Cilia, el Diablodado, el Padrino, los Tarek, los Rodríguez y los forajidos del PSUV no duermen y están desfallecidos en la realidad política y social que los ahoga?