Antes del incendio del pasado fin de semana, sólo quedaba un 57 por ciento de operación remota. Después del incendio esto empeoró los apagones nocturnos, exponiendo al resto de las subestaciones de Distribución (46) a más fallas y por falta de personal, transporte e inseguridad, se dejan amplias zonas de Maracaibo sin luz hasta el amanecer. La excusa de las autoridades del “sabotaje”, no tiene fundamento técnico
La calamidad eléctrica en Maracaibo continúa agravándose por la parodia de las malas praxis operativas de Corpoelec, y de las redes de Transmisión y Distribución de la ciudad; mientras que la de los Andes y su Piedemonte pudiera empezar a mejorar efímeramente, ya que el invierno ha llegado con fuerza a todos los embalses de Venezuela este 2018. Volviendo al caso marabino, el operar el único banco de autotransformadores en 400 kV de S/E Cuatricentenario hasta los 540 MW para minimizar los racionamientos está destruyendo las subestaciones de Distribución.
Lo anterior acorta tanto la vida útil de los equipos en las subestaciones de Transmisión y las 54 subestaciones de Distribución. Todo causado por la falta de suficientes MW térmicos marabinos, esto agravado por el desfase de los picos de la demanda ya que mientras el pico nacional es a las ocho, el zuliano y los Andes ocurren a las 10 de la noche. Ya ocho subestaciones han fallado.
Para los que son responsables de evitar un gran apagón nacional se crea un dilema y por lo tanto lo menos riesgoso es dejar al Zulia y los Andes (los más distantes del Guri), sin luz, porque sus plantas son incapaces de lidiar con los picos regionales.
Desde la subestación Caujarito se controla a remoto las redes de Transmisión y Distribución del Zulia. Antes del incendio del pasado fin de semana, sólo quedaba un 57 por ciento de operación remota. Después del incendio esto empeoró los apagones nocturnos, exponiendo al resto de las subestaciones de Distribución (46) a más fallas y por falta de personal, transporte e inseguridad, se dejan amplias zonas de Maracaibo sin luz hasta el amanecer.
La excusa de las autoridades del “sabotaje”, no tiene fundamento técnico. Los megavatios zulianos no se fueron al suelo en los últimos seis meses. La constante es el canibalismo de equipos y la cultura que mata los mismos. Estamos ante un accionar de lesa humanidad, que convirtió la falta de electricidad en un arma letal contra la sociedad, arremetiendo contra los más indefensos (ancianos, enfermos y niños). ¡Basta Ya! ¡Pa´lante que para atrás espanta!