¿Cuál ha sido la causa de nuestras desgracias?

No son los ciudadanos quienes deben ser en base a sus propias capacidades, conocimientos, habilidades y destrezas, los verdaderos agentes del progreso, sino la autoridad gubernamental quien debe imponer el orden social

Venezuela a lo largo de su historia ha sido un país socialmente muy complejo, pero culturalmente muy rico, debido al  diverso mestizaje del que hemos sido producto desde la época de la conquista, luego colonia española y posteriormente en nuestra extensa vida republicana; la cual nos ha llevado asumir una serie de concepciones, convicciones  y creencias que seguramente han sido las causas de nuestras desgracias.

La primera de ellas es pensar que somos un país rico por tener abundancia de recursos naturales con grandes potencialidades (materia prima), para apalancar el desarrollo productivo del país, pero resulta que dependemos de otros para agregarles valor y convertirlos en bienes de consumo intermedio o fina, y por ello somos un país meramente exportador de materias primas, e importador de productos terminados, con lo cual estamos condenados al subdesarrollo.

Porque la verdadera riqueza de una nación está en el trabajo productivo, en la capacidad de producción y transformación en economías de escala y con altos niveles de productividad, de convertir con desarrollo científico-técnico propio, buena parte de nuestros recursos naturales en productos terminados; pero para ello debemos marchar primeramente a una reforma educativa liberal y de calidad, donde la investigación desde los primeros niveles del sistema educativo sea una cultura.

La segunda causa  de nuestra desgracia, es asumir la intervención estatal como una condición necesaria para que el individuo pueda desarrollar sus potencialidades; donde el Estado debe intervenir en la economía, no de manera supletoria, sino como un agente económico más con sus mórbidas, ineficientes y anacrónicas empresas estatales y en el peor de los casos, como ocurre en nuestro país mediante el control de los medios y factores de producción como lo es el control sobre las divisas (factor capital).

Esta visión, nos ha llevado a incrementar el poder del estado en perjuicio de la libertad individual; No son los ciudadanos quienes deben ser en base a sus propias capacidades, conocimientos, habilidades y destrezas, los verdaderos agentes del progreso, sino la autoridad gubernamental quien debe imponer el orden social. La libertad es reemplazada por el estratagema de que el Estado debe hacerse cargo de todo, -¡totalitarismo puro!- para justificar cualquier medida o acción tomada, pues se abroga la exclusividad de saber cómo mejorar la calidad de vida de una sociedad, en su supuesta lucha contra la pobreza; la cual termina multiplicando y haciéndole cada vez más miserable la existencia al resto de los grupos sociales empobreciéndoles sistemáticamente.