Cerca de 600 mil habitantes son los afectados en la subregión. Solo el Cuartel de Lagunillas cuenta con dos ambulancias. Ni el de Cabimas y Valmore poseen una en buenas condiciones y Simón Bolívar, pese a sus 18 años de creación, no cuenta con una institución, lo asiste los municipios vecinos
Un hecho trágico marcó la vida de una familia en Cabimas. Un vehículo impactó contra un ama de casa, de 69 años, y su nieta de tan solo siete. La sexagenaria murió de inmediato, pero la pequeña corrió siete cuadras para notificar que su abuela no respondía a su llamado. Eran las 3.50 de la madrugada.
La hazaña de devolverse a su casa la hizo pese al fuerte impacto que recibió. Un ecograma evidenció hematomas en el vaso, líquido en el hígado y daños en el único riñón con el que cuenta la niña. La falta de insumos y de personal en el Hospital General Adolfo D’Empaire limitaba al cirujano intervenir de inmediato para salvar la vida de la pequeña aquel viernes 21 de julio.
La odisea para la familia de la pequeña comenzó cuando le exigieron una ambulancia. El médico requería remitir al paciente a un centro asistencial en la capital zuliana. Por fortuna, el cirujano logró intervenir ocho horas después. Puesto que las horas pasaban y pese a los esfuerzos de los familiares fue imposible lograr el servicio de una ambulancia.
El primer llamado de auxilio lo hicieron al Cuerpo de Bomberos de Cabimas. El rescatista de guardia se limitó a informar que el único vehículo del cual disponían lo robaron el 26 de junio.
Otro funcionario notificó que en la parte trasera del cuartel en Cabimas convergen las 10 ambulancias que en otrora cumplían con la demanda y exigencias de la población. “Por un buen tiempo nos convertimos en uno de los mejores comandos de Bomberos del país. Éramos uno de los más dotados. Pero todo eso quedó en el olvido. Solo nos queda la mística de trabajar por el bienestar de la comunidad”, dijo un funcionario que prefirió mantener el anonimato.
Daño extendido
En la actualidad existe presión para que los salvavidas no denuncien la realidad que sumerge en la desidia a los cuarteles de Cabimas, Lagunillas y Valmore Rodríguez. Sin embargo, la preocupación aumenta junto con el nivel de adrenalina cuando se trata de asumir una emergencia y rescatar una vida.
A principios de julio, los Bomberos adscritos a Lagunillas rompieron el silencio, tras protagonizar una protesta en la que no solo exigían el aumento de salarios y el pago de tiques de alimentación, sino que también expusieron ante la opinión pública las condiciones en la que ejercen sus labores.
Son un poco más de 60 funcionarios que integran el cuartel y que lo dividen en tres grupos para cumplir con las guardias. Entre las fallas está el cierre de la brigada motorizada y del comando en la parroquia Libertad por falta de equipos y presupuesto. No cuentan con equipos de protección personal, mientras que los de rescate solo funcionan a medias los hidráulicos.
Por lo pronto hay 30 vacantes. El personal se retiró voluntariamente en búsqueda de un mejor futuro. Aún esperan el pago de sus prestaciones sociales. En este cuartel solo hay disponibles dos ambulancias, pero una de ellas funciona a media máquina.
En Valmore Rodríguez los Bomberos activos también recientemente se quejaron por la falta de equipos. Tampoco cuenta con una ambulancia, lo que significa que cuatro municipios de la subregión, entre ellos Simón Bolívar que pese a sus 18 años de creación, no cuenta con un Cuartel de Bomberos. Trabajan gracias a la mística y vocación que cada uno de los hombres de azul impregnan al cuartel donde ejercen sus funciones.
En total son cerca de 600 mil habitantes que solo cuando se convierten en usuarios del servicio se percatan de la terrible crisis y déficit que enfrentan los cuerpos de Bomberos de la subregión del Zulia.