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Desde las 8.00 de la mañana se aglomeraron 800 manifestantes, entre docentes de los planteles públicos y el Comando Intersindical Magisterial a las afueras de la Zona Educativa de Maracaibo. Ayer, los académicos se movilizaron hasta la zona para consignar un documento, en el que presentaron las medidas para reintegrarse a las actividades escolares, sin limitaciones.
Maestros uniformados de las unidades educativas de Maracaibo y San Francisco tomaron la avenida 8 (Santa Rita) y tarareaban al unísono: “¡No tenemos miedo!, ¡queremos un aumento!”, frente al edificio ministerial. Con pitos y pancartas solicitaron la atención de las autoridades competentes, mientras eran resguardados por la Policía regional. Los maestros de los municipios restantes del Zulia se concentraron en la Plaza Bolívar de su localidad y marcharon hasta la Jefatura Escolar para exigir su derecho laboral. La protesta concluyó al mediodía.
“Ya cumplimos nuestro deber de educar y ahora exigimos nuestro derecho, la reivindicación. Pedimos al Gobierno nacional que cumpla con su parte de responsabilidad”, declaró Alexánder Castro, secretario general del Sindicato de los Trabajadores de la Enseñanza del Zulia (SINDTEZUL)-Fetraenseñanza.
Descontento
El magisterio exigió al Ejecutivo que saque a quienes están en calidad de supervisores, catalogándolos como carentes de competencias académicas y profesionales. Solicitó una intervención urgente ante las propuestas económicas planteadas por el sector educativo. “Tenemos todas las razones para salir a protestar”, recalcó Alexánder Castro a los medios.
El secretario general de SINDTEZUL pidió al Gobierno que presente las cifras de la deserción escolar y el aumento del índice delictivo. “La mayoría de los sicarios son menores de edad, porque no hay condiciones básicas para un correcto desarrollo académico”.
Hizo un llamado al gobernador Francisco Arias Cárdenas para que detenga la actitud de Luis Caldera, alcalde del municipio Mara, quien -denunciaron- tomó una posición violenta, apoyada por los policías, frente a las escuelas que se suman a las huelgas.
Flor María Villalobos, educadora, señaló de deplorable la ganancia que genera la labor docente y contó que muchos maestros se han dedicado al “bachaqueo” como actividad económica para mejorar su calidad de vida. “No es posible la deserción escolar. El hambre nos está matando”. Otras maestras reclamaron la poca disponibilidad salarial para hacer sus estudios de postgrado, que les exigen los jefes de la zona.
Mairet Rincón, docente. “Esta situación es deprimente. Nos obligan a cumplir con las actividades políticas del PSUV dentro de la institución y a cumplir el 1 por 10, para quienes están inscritos en el partido. Ahí no les importa que los maestros se paren”.
William Paredes, docente. “El sueldo de 18 maestros de la UEN Alejandro Fuemayor quedó por debajo del antiguo salario mínimo. De 40 horas de clases que trabajamos semanales, solo nos pagan 18 al mes. Lastimosamente, los más afectados son los alumnos con estas manifestaciones”.