Daño estructural

Si bien el fenómeno del déficit fiscal ha sido de carácter recurrente a partir de 1989, el mismo en el período comprendido de 1989-2004, no llegó a representan más del 10 % con respecto al PIB

Sin duda alguna que el perjuicio infringido al país en todos los órdenes por parte de quienes ha regentado el poder del estado en los últimos 18 años ha sido en grados superlativos, pero por sobretodo en el orden económico, donde simplemente al analizar el comportamiento de algunos agregados macroeconómicos durante dicho período, pero por sobre todo a partir del año 2005, con el crecimiento exponencial de los precios internacionales del petróleo, se han generado graves problemas estructurales a la economía y no coyunturales como algunos osadamente se atreven afirmar. 

El primer problema estructural es de oferta y demanda agregada interna donde la  demanda agregada interna es 25 % superior respecto al Producto Interno Bruto, y las misma se incrementan o decrementan en el mismo orden de magnitud, a partir del año 2005, situación provocada por la política fiscal y monetaria  expansiva de carácter procíclico, por parte del gobierno y el Banco Central de Venezuela, así como la expansión artificial del crédito impulsado  por el sistema financiero.

Todo ello terminó produciendo tirones artificiales en la demanda muy por encima del producto en términos reales, impulsando el crecimiento desproporcionado de las importaciones, la devaluación implícita permanente de nuestra moneda y con ello la salida y fuga de capitales, facilitado por la sobrevaluación del tipo de cambio llevada a cabo por el Gobierno a través de su política cambiaría, que subsidiaba el costo de las importaciones en perjuicio de la producción nacional, la cual encarecía y hacía cada vez menos rentable, la vía de mayor carga fiscal y controles de precios, destruyendo paulatinamente el aparato productivo nacional privado.

El segundo daño estructural infringido a nuestra economía es en el orden fiscal donde hoy el gasto fiscal duplica al ingreso en términos reales, y si bien el fenómeno del déficit fiscal ha sido de carácter recurrente a partir de 1989, el mismo en el período comprendido de 1989-2004, no llegó a representan más del 10 % con respecto al Producto Interno Bruto, pero hoy al cierre del año 2016 dependiendo de la fuente de información, oscila entre el 25 % y 30 % respecto al PIB. 

Siendo a partir del año 2011 en términos reales el déficit fiscal  superior al ingreso fiscal, y financiando más del 75 % del mismo por la vía de la expansión monetaria, lo cual nos esclaviza como sociedad a vivir en cuadros de alta inflación de manera recurrente, acabando con el poder adquisitivo de los salarios y por ende en una depauperación de la calidad de vida de la población. 

El tercer daño estructural provocado por las nefastas políticas económicas implementadas por el régimen, ha sido en el sector externo con el crecimiento en términos reales de las importaciones y el decrecimiento de las exportaciones, siendo la primera  63 % superior a la segunda, lo cual es un indicativo de la alta dependencia que tiene nuestro país de las importaciones de bienes y servicios, y los cada vez mas menguados volúmenes de exportaciones que genera la economía. 

Esto nos condena como nación a tener una permanente balanza comercial desfavorable, acompañada con una balanza de pagos totalmente deficitaria, que se traduce en pérdidas de activos en reservas internacionales de manera recurrente, y altas probabilidades de impago de los compromisos de la nación con el resto del  mundo y nos hace un país muy riesgoso para la inversión extranjera