El chamán y líder indígena brasileño Davi Kopenawa, uno de los ganadores este miércoles del llamado Nobel Alternativo de la fundación sueca Right Livelihood Award, se ha significado en las últimas décadas en la defensa de la etnia Yanomami y la protección del Amazonas
El chamán y líder indígena brasileño Davi Kopenawa, uno de los ganadores este miércoles del llamado Nobel Alternativo de la fundación sueca Right Livelihood Award, se ha significado en las últimas décadas en la defensa de la etnia Yanomami y la protección del Amazonas.
El jurado del premio lo ha distinguido a él y a la asociación Hutukara Yanomami, que cofundó en 2004, por su lucha “valiente” para proteger los bosques y la biodiversidad del Amazonas y las tierras y la cultura de los pueblos indígenas, según el fallo.
El jurado ha destacado que Kopenawa es “uno de los líderes indígenas más respetados de Brasil”, condición que ha adquirido tras décadas de lucha como portavoz de los yanomami.
Kopenawa ha llevado a foros nacionales y mundiales su causa, y ha recibido reconocimientos como el Premio Global de la ONU y una mención honorífica otorgada en 2009 por el jurado del Premio Bartolomé de las Casas, galardón convocado por la Casa América de Madrid y el Ministerio español de Asuntos Exteriores.
Nacido en 1956 cerca del río Toototobi, junto a la frontera con Venezuela, aprendió portugués con una misión cristiana, lo que le valió en la década de 1980 para trabajar en la Fundación Nacional del Indio (Funai), del Gobierno brasileño, además de colaborar con otras organizaciones como la ONG Survival International.
Los yanomamis son una de las etnias más numerosas de Brasil con unos 35 mil integrantes y ocupan una superficie entre Brasil y Venezuela más grande que Grecia, que supone además el territorio indígena más gran del mundo.
La invasión de su territorio en 1987 a cargo de buscadores de oro provocó la muerte en 7 años de una quinta parte de los yanomamis, en parte por la exposición a enfermedades contra las que no tenían inmunidad.
Kopenawa jugó un papel determinante en la unión de comunidades indígenas para resistir a los mineros, ganaderos y otros poderosos intereses que destruyen las tierras y los medios de subsistencia yanomami para obtener ganancias financieras, como destaca el fallo.
Así lideró una campaña junto a Survival International y la Comisión Pro Yanomami (CCPY), que consiguió en 1992 la demarcación de las tierras de esta etnia, asegurando en Brasil más de 96,000 kilómetros cuadrados.
“Junto con la Asociación Hutukara Yanomami, Davi Kopenawa está resistiendo con éxito la explotación despiadada de las tierras indígenas en la Amazonía, protegiendo nuestro patrimonio planetario común”, señaló en un comunicado el director ejecutivo de la fundación sueca, Ole von Uexkull.
En declaraciones difundidas por esta organización, Kopenawa dijo estar “muy feliz” por el premio, que llega “en el momento adecuado y es una muestra de confianza en mí, en Hutukara y en todos aquellos que defienden el bosque y el planeta Tierra”.
“El Premio me da la fuerza para continuar la lucha para defender el alma de la selva amazónica. Nosotros, los pueblos del planeta, necesitamos preservar nuestro patrimonio cultural como lo enseñó Omame (el Creador): vivir bien cuidando nuestra tierra para que las generaciones futuras continúen usándola”, señaló.
Kopenawa publicó en 2010 “La caída del cielo”, el primer libro escrito por un yanomami, una exploración en la cosmología de esta etnia y un relato de la lucha de su pueblo por sobrevivir a las epidemias y la violencia.