No basta, un genio solamente, sino también, la herramienta idónea para lograr un objetivo en el campo de la contienda, concurso, campeonato, etc. Alejandro hijo de Filipo, pupilo de Aristóteles, no hubiera logrado vencer a tanto enemigo sin antes haberse entrenado militarmente, y poseer fuertes y valientes soldados; no basta un genio solamente, sino también la herramienta idónea para lograr un objetivo en el campo de la contienda
Sigmund Freud, calificaba al genio, como “al arquero” que daba en el blanco de la diana (centro) desde cualquier distancia siempre que su armamento le diera la capacidad para lograrle. Según esto, no basta un genio solamente, sino también la herramienta idónea para lograr un objetivo en el campo de la contienda, concurso, campeonato, etc.
Alejandro hijo de Filipo, pupilo de Aristóteles, no hubiera logrado vencer a tanto enemigo sin antes haberse entrenado militarmente y, poseer fuertes y valientes soldados, que incluso supieran como enfilarse con el arma más poderosa que tenía el genio militar griego “la formación Falange”
David de Judea en el valle de Ela, mató al filisteo Goliat de Gat, con una piedra que sacó de su bolsa, y la tiró con la honda, le hirió en la frente y cayó sobre su rostro en tierra. Luego con su espada lo decapitó.
Goliat, de Gat, de 6 pies de altura y unas ocho pulgadas, tenía un casco y una cota de malla de bronce de cinco kilos, grebas y jabalina de bronce en sus hombros. Su lanza tenía 600 gramos de hierro; y un escudero a la vanguardia. David era pastor de ovejas cuando venía un león, o un oso y tomaba algún cordero de la manada, salía tras él y lo hería, si le atacaba, le echaba mano de la quijada, y lo mataba.
Napoleón Bonaparte, el genio moderno de la estrategia militar sucumbe ante la alianza prusiano-inglesa por una mala jugada del destino, o mejor, una estrategia inesperada proporcionada por un pastorcillo -coincidencia- que guió al enemigo por –Plancenoit- donde menos le esperaban, entonces el camino a seguir para vencer al enemigo era un desastre de barro, donde los cañones se atascaban y no pudieron emplazarles con el ángulo adecuado, caso que ayudó en gran medida la perdida de Waterloo
¡No solamente basta con el genio del líder –que es indispensable- también es necesario, buenos asesores y no aliados traidores y oportunistas! Goliat muere por su mezquindad. Alejandro ganó guerras por su patrón estratégico. Napoleón pierde Waterloo por el azar y su insolencia. Entonces, no es lo mismo una honda con buenas lianas y un hondero experto, que un fusil kalashnikov chatarra (probado en condiciones anormales) que no se quiebre o recaliente con ráfagas de tiros en las manos de un Goliat burdo y grotesco.