De ayer a hoy 

 Hoy, la mayoría de los venezolanos después de la instalación de la nueva directiva de la AN el 5 de enero de 2019, con el liderazgo de un joven de edad similar a la que tenía Simón Bolívar hace dos siglos, también está empeñada en poner en práctica una estrategia que nos devuelva la democracia

Hace dos siglos, después de la instalación del Congreso de Angostura, el 15 de febrero de 1819, acompañado de la Legión Británica, Bolívar acordó con Páez una estrategia para invadir a la Nueva Granada. Con el apoyo de su Consejo de oficiales y de Santander, atravesando la cordillera andina, Bolívar vencería a las tropas españolas en Boyacá el 7 de agosto de 1819, liberando a la Nueva Granada del dominio español. 

Hace un siglo en 1919, se descubre una conspiración de un grupo de oficiales salidos de la Escuela Militar contra el gobierno dictatorial de J.V. Gómez. Los integrantes de ese movimiento dirigidos por el joven militar Luis Rafael Pimentel, fueron encarcelados y torturados en La Rotunda. En abril de ese mismo año, los generales Matías Peñuela y Matamoros, con un contingente de 350 hombres invaden Venezuela, desde Colombia, por Ureña y atacan San Antonio del Táchira. Son derrotados por las fuerzas de Eustoquio Gómez y se retiran hacia territorio colombiano. 

Hoy la mayoría de los venezolanos después de la instalación de la nueva directiva de la Asamblea Nacional el 5 de enero de 2019, con el liderazgo de un joven de edad similar a la que tenía Simón Bolívar hace dos siglos, también está empeñada en poner en práctica una estrategia que nos devuelva la democracia y el Estado de derecho, que nos ha arrebatado un régimen de inspiración marxista, comandado desde Cuba, China, Rusia, Siria y Turquía. 

Hoy como hace dos siglos, también tenemos el reto de atravesar el páramo de Pisba de unas Fuerzas Armadas que nos avergüenzan por su entreguismo a una dictadura corrupta, que viola el ideario político expuesto en el  famoso Discurso de Angostura. Hoy, como hace un siglo, también tenemos muchos jóvenes militares encarcelados y torturados en las nuevas Rotundas de este régimen que viola la dignidad de la persona humana de quienes se le oponen, como ayer lo hacían Juan Vicente y Eustaquio Gómez a través de sus famosos carceleros. 

Hoy también muchos venezolanos desean invadir a Venezuela por Ureña o San Antonio del Táchira, o por otras localidades fronterizas de países solidarios, no con armas para acabar con la vida de nadie, sino con cargamentos de esperanza para salvar la vida de muchos compatriotas, que están perdiéndola por la desidia e incapacidad de quienes nos desgobiernan por usurpación. Pero hoy como ayer, no solo muy pronto seremos realmente libres para vivir en una democracia respetuosa del Estado de derecho y manejada por los venezolanos, sino que recuperaremos la dignidad y los derechos de la persona humana, pisoteados por políticos marxistas de medio pelo, apoyados por hombres de uniforme que nos abochornan, pues como lo expresara Bolívar a Santander: “Los militares instruidos y buenos son muy pocos y muy preciosos” y de esos tenemos hoy muy pocos.   

  

 

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