Las autoridades de Honduras decomisaron entre 2014 y lo que va de 2019 unas 13 mil 857 armas de distinto calibre, y 173 mil 476 municiones que eran utilizadas por bandas criminales y serán destruidas, informó la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina).
Las armas y las municiones fueron incautadas en el marco de la operación Morazán, que el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, lanzó en la toma de posesión de su primer mandato, en 2014.
Al menos tres mil 295 armas fueron decomisadas en 2014; dos mil 330 en 2015; dos mil 745 en 2016; tres mil 17 en 2017; dos mil 428 en 2018, y 42 en lo que va de enero de 2019, según el informe de la Fusina.
“A finales de enero estaremos destruyendo en un acto simbólico 123 armas que han sido decomisadas a estructuras criminales”, las que incluyen “armas letales como la AK-47, ametralladoras, fusiles AR-15, revólveres, entre otros”, dijo el portavoz de la Fusina, José Coello, en un comunicado de la Presidencia hondureña.
Señaló que las armas serán destruidas el 17 de enero durante una jornada, denominada Camino por la Paz, con el fin de mandar un mensaje de paz y seguridad.
“La población es testigo de que poco a poco estamos retomando la tranquilidad en el territorio nacional”, subrayó el portavoz de la Fusina.
Aseguró que Honduras “ya no es uno de los países más violentos del mundo”, y agregó que más de 463 bandas delictivas han sido desarticuladas en los últimos años.
El portavoz de la Fusina indicó que el 75 por ciento de los homicidios que se registran en Honduras “son producto de las armas de fuego ilegales”.
“Las operaciones que se han ejecutado en el marco de la Operación Morazán están orientadas a decomisar armas” y realizar otras acciones contra la delincuencia, lo que “conlleva salvar vidas”, explicó Coello.
Los departamentos de Francisco Morazán y Comayagua (centro), Cortés y Atlántida (caribe), Choluteca (sur) y Gracias a Dios (este), son las regiones del país donde se han decomisado más armas, agregó.
Aseguró que muchas de las armadas decomisadas “son ilegales y empeñadas en algunas zonas rurales del país y estas personas adquieren este tipo de armas sin saber las causas legales”.
La violencia en Honduras deja un promedio de diez a once muertos diarios, según cifras oficiales.