Degüella a su tía por unos anillos de fantasía

Alejandro Antonio Acosta Vargas (19) se unió a Javier Wilkis Montiel Labarca para atacar a la anciana en su residencia. La Policía capturó al sobrino de la víctima. En sus declaraciones confesó que su cómplice la mató porque lo reconoció

 

Alida Esther Pérez (79) se desangró en la sala de su residencia, en la calle 46 del barrio 22 de Septiembre, parroquia Ildefonso Vázquez. Su sobrino, Alejandro Antonio Acosta Vargas (19), ingresó a su casa a robar, la anciana lo reconoció y su compinche, Javier Wilkis Montiel Labarca, le cortó el cuello.

“El joven se puso nervioso y buscó en la cocina un cuchillo, al tomarlo se negó a matarla. Javier le arrebató el arma homicida, agarró por el cabello a Alida y la degolló. Tiró al suelo el cuchillo y caminó hasta una de las habitaciones”, detalló un oficial.

Mientras la anciana se desangraba, los maleantes requisaron las gavetas y la casa. Se llevaron ocho pares de zarcillos, seis relojes, un control y un decodificador de Directv, un nintendo, un DVD, dos controles de una consola de Wii, un teléfono celular, siete anillos, cuatro cadenas y una cámara vieja de fotografía. El botín lo guardaron en un morral morado y fucsia, con una imagen de la princesa Sophia y una de sus amigas, propiedad de una de las nietas de Pérez.

El cadáver lo encontró una de las hijas de Alida. En sus declaraciones a la Policía, un pariente contó que a la abuela la asesinaron el pasado jueves en la tarde. Acosta llamó por teléfono a una de sus primas y le preguntó: “¿Cómo está tía? ¿Con quién está en la casa?”. A mujer le extrañó el cuestionamiento, le contestó, sin embargo, que en ese momento estaba sola.

Los detectives inspeccionaron la escena del crimen e interrogaron a la dama. Esta recordó la llamada que le hizo su primo y lo señaló como el principal sospechoso, explicó un policía.

La Policía científica inició el rastreo del sospechoso. Ya había huido de su casa. Los detectives de la División de Homicidio allanaron ayer en la madrugada un rancho en el sector Las Margaritas, en el municipio Jesús Enrique Lossada, y encontraron al sospechoso. “Dormía plácidamente y a un lado de la cama tenía escondido el jean manchado de sangre y el bolso con las pertenencias robadas”.

En el interrogatorio, Acosta confesó el crimen y delató a su compinche, quien está evadido. 

 

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