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“Al ‘Planto’ y al ‘Chito’ se los maté. Ahora, a llorar”, repetía con insistencia Meirilis Ramírez en la morgue forense. Un funcionario de la Policía científica le gritó esa frase mientras la interrogaban en la sede policial el pasado jueves. Pocos minutos después su familia le confirmó que el cadáver de su hijo, Edecio Eduardo Inciarte Ramírez (19), y José Luis Rodríguez Mendoza (19) ingresaron desnudos a un CDI. Los mataron en el sector Piedras del Sol.
Aún temblaba. La mujer, dueña de una bodega en el barrio La Chamarreta, apenas podía mover los brazos, tenía una pequeña abertura e hinchado su pómulo izquierdo. Una docena de oficiales irrumpieron a las 4.00 de la madrugada en su casa, rompieron las puertas, le robaron una lámpara, una canaimita, la golpearon con “una mano negra en el rostro y en las palmas de sus manos”. La tomaron de la cabellera y la arrastraron hasta una camioneta, la embarcaron junto a 13 vecinos; dos de ellos, Ángel y Hugo, aún permanecen presos.
A su hijo lo acusan de participar en el homicidio de un taxista, aclaró Ramírez. No defendió ni aceptó las denuncias contra su muchacho. “No estoy todo el día con él para saber qué hace o no”. Reprochó la actuación y el descaro policial. Recordó que les suplicó que no se le llevaran sus bienes, pero un oficial la abofeteó y le grito: “Estás robada. Deja los gritos que estás robada”.
Los Rodríguez no se atrevieron a identificarse, pero ya acudieron ante la Fiscalía 13.° del Ministerio Público para denunciar el “abuso y la corrupción policial. A los dos los mataron a quemarropa y sus cuerpos casi se descomponen en al centro asistencial donde los llevaron”.
Los dolientes mostraron fotografías. “Los cuerpos tenían heridas a quemarropa, a José Luis le dispararon dos veces, una en el esternón y otra en el hígado. Edecio tenía dos heridas sobre las tetillas”. Juran que ambos suplicaron por su vida, una adolescente, de 16 años, fue testigo.
La familia se pregunta por qué cometieron un delito y no se los llevaron presos. “Al no encontrarlos en la casa me juraron: ‘Donde lo encontremos lo matamos, y cumplieron”, acotó Ramírez.