Denuncian crisis de higiene en el Hospital Universitario

Hospital Universitario de Maracaibo registra al menos 35 atracos diarios. (Foto: Archivo)

Más de 20 gatos duermen, comen y hacen sus necesidades en las mesas de los pabellones de la torre de adultos. Las auditorías recientes del HUM revelaron que médicos y personal obrero se robaban desde la comida hasta los insumos. El ducto de un aire, el cielo raso y  zonas íntimas del cuerpo son buenos lugares para esconder el botín

Las condiciones de higiene son totalmente nulas en el Hospital Universitario de Maracaibo (HUM). Trabajadores, médicos, familiares y pacientes del único hospital autónomo de la región contaron con miedo, impotencia y asco lo que día a día viven dentro del centro médico. Baños inhabilitados que contaminan con olores nauseabundos los pasillos, comida en mal estado y quirófanos contaminados por excremento de gato, es solo parte de la cadena de suciedad que deben vencer quienes literalmente arriesgan la vida, los enfermos.

Los pacientes del HUM deben llevar de todo cuando tienen la mala suerte de enfermarse y caer en la desgracia del Universitario. Ver a los familiares de los pacientes limpiando un baño con su propio jabón, agua y cloro ya es normal. Emma Fuenmayor, tiene dos meses con su hermano hospitalizado en el octavo piso del HUM. Denunció que a los pacientes solo les dan dos arepas con un poquito de pollo una vez al día. A veces huele mal y casi siempre la comida tiene excremento de cucaracha o chiripas muertas. 

“Nosotros preferimos traer la comida de la casa porque muchos se han muerto por infección y no saben de dónde salen las bacterias. Fuimos a la cocina del centro médico y el lugar es desolador. Huele mal, a comida descompuesta. Hace dos semanas se pudrieron 25 kilos de berenjenas, que usaban para hacer ensaladas, por falta de refrigeración. Las cavas de la cocina no funcionan, el jueves pasado las repararon, pero no enfrían”. 

El menú que ofrecen los cocineros es chicha de pasta o fororo sin leche. Vegetales salteados o arepa con pollo. Los mesones de la cocina están plagados de cucarachas, excremento de paloma y sucio. Uno de los repartidores de comida dijo: “Yo tengo cinco años aquí y nunca se ha limpiado a fondo la cocina y mucho menos se ha fumigado, esto es siempre. Más bien a veces uno ve las cucarachas en la comida y se las saca para que el paciente no se dé cuenta”.

El Hospital Universitario surte de alimentos a la Maternidad Armando Castillo Plaza. Este 2017 parece ser de grandes sorpresas para la salud en la región, pues la segunda semana de enero los trabajadores de la maternidad descubrieron que el despacho de la proteína emanaba un olor podrido. Más de 100 pollos estaban morados y más de la mitad nadaban en una baba verde dentro de la caja de cartón, según la descripción de uno de los despachadores. “Aquí da lástima cómo se pierde la comida por cochinada o falta de frío”.

Amigos de lo ajeno

Ductos de los aires acondicionados, cielo raso, medias y hasta partes íntimas son los lugares donde los trabajadores ocultan insumos o comida para luego robarlos. A la hora de llevarse cajas de guantes, frutas o una pieza de pollo, no hay distinción, puede ser desde un médico, enfermero, camillero hasta un obrero o un cocinero. Según una fuente interna del hospital, en las auditorías recientes que se han hecho en la cocina, hallaron  piezas de pollo, vegetales y guantes quirúrgicos escondidos para ser sustraídos. También se encontraron grandes cantidades de comida dañada como frutas, vegetales y proteínas vencidas. 

Los pacientes denunciaron que los mismos enfermeros o médicos del hospital venden los insumos que se roban a los pacientes. “Venden guantes, batas quirúrgicas, tapabocas y hasta anestesia”, dijo Miguel Duarte, paciente oncológico. 

Por si fuera poco, la inseguridad también hace de las suyas. Las escaleras, el estacionamiento y los ascensores son testigos de los atracos que a diario se registran en el HUM. Teléfonos celulares, dinero y medicinas son arrebatadas por malhechores que se cuelan entre la gente para cometer sus fechorías. Según cifras extraoficiales, se registran 35 atracos diarios. “El personal de seguridad del hospital ‘picha’ a los médicos o a los familiares para que los roben. Ellos no son seguridad, son ladrones igual que los otros y están encompinchados”, dijo la fuente, quien además aseguró que el personal de seguridad del Hospital Universitario forma parte de un círculo bolivariano o colectivos, que reciben órdenes directas de la dirección para amedrentar y amenazar a pacientes y personal que proteste o revele la realidad.

De vida o muerte

Los pabellones de emergencia están inhabilitados. No tienen aire acondicionado y sus únicos residentes son una jauría de gatos que duerme, come y hace sus necesidades en las mesas de operación.  El área de consulta externa tampoco está climatizada. Los médicos decidieron suspender las consultas hace dos semanas y se han limitado solo a ver a los pacientes oncológicos en estado postoperatorio, aun con el riesgo de contaminación del paciente. Aun en estas condiciones, existe personal médico que trabaja con mística en el monstruo azul. Solo la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos y de Adultos tiene aire acondicionado. 

Para estrictas emergencias fue habilitada una sala del área de Cirugía Electiva del quinto piso.  Caminar por los pasillos del HUM basta para ver las deficiencias. No hay electricidad en los pasillos y escaleras, el mal olor es general, el agua llega cada dos días y dura una hora, la suciedad recubre los pisos, mientras que el personal de aseo tiene que poner de su bolsillo para el cloro si quieren trabajar. Los tanques de agua tienen más de seis años que no se lavan, situación que afecta directamente a los pacientes de Nefrología del noveno piso, quienes se dializan con agua reciclada, es decir, cruda. 

Lo que piden

Los pacientes del Hospital Universitario de Maracaibo solo reciben la atención médica. El resto como medicinas e insumos lo deben comprar de su bolsillo. Jabón absoluto, gasa, algodón, adrenalina, solución fisiológica 09, guantes, batas quirúrgicas y anestesia son algunos de los dolores de cabeza de los familiares que muchas veces piden en la entrada del hospital para comprar la receta. 

Un fantasma

Pretender que el director del Hospital Universitario, Samuel Viloria, atienda a los trabajadores o a la prensa, es falacia. Familiares y personal del HUM revelaron que le dicen el “fantasma”, porque nunca está. Las medidas de represión son iguales para los que exijan alguna explicación del doctor Viloria: la amenaza y maltrato de su personal de seguridad.

 

Más de mil pacientes hospitalizados en el HUM comen una vez al día

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