El arquitecto Rolando Antonio González Vargas desapareció el domingo 11 de junio luego de haber difundido en redes sociales que dos sujetos armados lo estaban persiguiendo
Familiares y amigos del arquitecto zuliano Rolando Antonio González Vargas, de 32 años, se encuentran muy preocupados por la repentina desaparición del joven migrante, ocurrida el pasado domingo 11 de junio en la playa Puerto López, ubicada en la provincia de Manabí, Ecuador.
Una de las amigas del desaparecido, quien pidió ser identificada solo como Martha, contó al Diario La Verdad que amistades y familiares del egresado de la Universidad del Zulia (LUZ) han gestionado la denuncia de su desaparición en diferentes organismos, tanto ecuatorianos como venezolanos.
“Introdujimos la denuncia de desaparición involuntaria (termino correcto usado en estos casos) ante la Fiscalía de la provincia de Pichincha y de Manabí, y esta pasó a la delegación de la policía encargada de las desapariciones”, aseveró la fuente.
“También lo anunciamos a la Defensoría del Pueblo de Ecuador y en la Embajada de Venezuela en Ecuador, y se comprometieron a hacerle seguimiento al caso junto a las autoridades”, contó, detallando que este mismo año recibió la cédula de identidad ecuatoriana.
Martha aseguró que, entre los mensajes de voz enviados por el oriundo de Cabimas y el video subido a redes sociales advirtiendo que dos sujetos armados lo estaban persiguiendo en un balneario de Quito, también llamó a la Policía, pero estos “no actuaron de inmediato. Nosotros confirmamos que sí recibieron la incidencia cuando pusimos la denuncia”.
Dada las presiones de todos los allegados del zuliano, “las autoridades fueron este martes al territorio donde se supo de él por última vez, a levantar la información del campo. Estamos a la espera de los reportes oficiales de la investigación”, confesó.
Al preguntar si el zuliano tenía enemigos en Ecuador, Martha aseveró que “no sabemos quién querría hacerle daño. Él es una persona supertranquila, no se va de fiesta todo el tiempo, superrelajado, tiene muchísimos amigos, por eso se ha movido tanta gente para ayudarlo”.
Tanto ella, como el resto de sus amistades, publican a diario el caso de Rolando González en redes sociales y enviaron el caso a medios locales en Ecuador con la consigna: “¿Dónde está Rolando?”, el cual “tiene el objetivo de presionar a las instituciones del Estado para resolver el caso y encontrarlo”.
Para aquellos que puedan aportar alguna información del zuliano, los amigos y familiares habilitaron el número telefónico 1-800 335486.
Preocupación desde Venezuela
Martha contó al Diario La Verdad la delicada situación que rodea a la familia por la desaparición del cabimense, ya que “su madre es muy pegada con él, se hablan todos los días mientras se toma su taza de café de la mañana y ya está haciendo muchas preguntas y preocupada”.
La mamá del desaparecido, oriunda del Táchira, es una mujer muy mayor, y su familia mantiene en secreto la situación de su hijo en Ecuador, por miedo a que la noticia y la preocupación pueda afectar su salud.
Son su padre y hermanos quienes coordinan, desde Venezuela, la difusión en redes sociales del caso de Rolando, para intentar que la noticia llegue a todos lados.
Martha aseveró que “el hermano de Rolando hizo la denuncia de la desaparición en la Cancillería de Venezuela y ha estado en comunicaciones con las autoridades del país para conocer la situación del caso”.
Rolando Antonio González Vargas pasó su niñez y adolescencia en Cabimas, en donde se graduó de bachiller, sus estudios universitarios los cursó en la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad del Zulia (LUZ), viviendo en las Residencias Universitarias.
El cabimense se mudó a Quito, Ecuador desde el 2018, país en donde hizo sus pasantías universitarias durante 6 meses gracias a sus buenas calificaciones y a sus constantes participación en el Encuentro Nacional de Estudiantes de Arquitectura (Enea) y en el Encuentro Latinoamericano de Estudiantes de Arquitectura (Elea).
Es un hombre trabajador, entusiasta y colaborador, quien llegó a ejercer su profesión en suelo meridional por la situación económica del país.
Incidencias del caso
Reportes preliminares de este caso indican que el joven se encontraba comiendo en un restaurante al momento de percatarse que dos sujetos en una moto lo estaban siguiendo. González Vargas acudió a esa zona turística para disfrutar del paisaje y pasar un día diferente.
Tras salir del establecimiento logró ingresar a una casa abandonada, lugar donde grabó un video con su teléfono celular manifestando lo que le estaba pasando y que después publicó en su cuenta de Instagram.
En las imágenes se nota muy preocupado, jadeante por lo atribulado que estaba y exige ayuda a quienes vean su material para que lo difundan.
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