Derecho a la resistencia

La resistencia es para presionar al tirano y su pandilla de cómplices a llamar a elecciones. Esa es la única salida para una transición que sanará radicalmente la vida en Venezuela, trayendo reconciliación entre la gente, libertad, paz y concordia

La resistencia pacifica y democrática que mantiene a la juventud venezolana en las calles es un derecho constitucional que le asiste a toda persona consciente. Deviene su ejercicio de algo muy sagrado como lo es derecho natural, innato en todos los seres humanos y situado por encima de las leyes positivas, vale decir, de la legislación de los hombres.

El derecho natural es imprescriptible. Nace en el momento en el que hombre viene al mundo y los mas importante de ellos son: La vida, la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión. Estos derechos tienen inclusive carácter constitucional, y en el caso de Venezuela están señalados (la resistencia a la opresión) en los artículos 333 y 350 de la Carta Magna. El artículo 333 menciona el insoslayable deber que tiene toda persona investida o no de autoridad de colaborar en el restableciemiento de la efectiva vigencia de la Constitución Nacional cuando ha sido roto su hilo, es decir, cuando el dictador le conculca a la gente su derecho al RR y a celebrar las elecciones de alcaldes y gobernadores. En este caso muy puntual al pueblo le asiste el legitimo derecho a la resistencia popular democrática y pacifica.

Del contenido del artículo 350 de la CNV salta a la vista el deber de la gente de resistir a la opresión en forma pacifica, desconociendo cualquier régimen, legislación, o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticas o menoscabe los derechos humanos. El mensaje es muy claro: Si el dictador Maduro violentó los preceptos constitucionales entregando la soberanía nacional a los Castro, además de implantar un sistema comunista trasnochado que en todas partes del mundo donde ha sido aplicado solo trajo miseria, esclavitud del hombre, ideología y hambre, a la gente le asiste el derecho natural de oponerse al tirano, resistiendo a su gobierno.

En este orden de ideas, la resistencia pacífica en modo alguno significa traición a la patria; así como tampoco un golpe de Estado. La resistencia es para presionar al tirano y su pandilla, de cómplices a llamar a elecciones. Esa es la única salida para una transición que sanará radicalmente la vida en Venezuela, trayendo reconciliación entre la gente, libertad, paz y concordia. Opinar lo contrario o ponerse a defender por la televisión lo indefendible con argumentos baladíes, es pura ignorancia, fanatismo o complicidad. En ambos casos, se incurre en  la comisión de graves delitos de lesa humanidad que son imprescriptibles. De eso se trata. 

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