Derechos humanos y Carta Democrática

Después de la Declaración Universal de los Derechos Humanos adoptada y proclamada por los países miembros de la ONU, el día 10 de diciembre de 1948, no ha habido otro instrumento de singular importancia para las Américas, y la defensa de la democracia como la Carta Democrática Interamericana

“Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía”.  Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Después de la Declaración Universal de los Derechos Humanos adoptada y proclamada por los países miembros de la Organización de la Naciones Unidas, el día 10 de diciembre de 1948, no ha habido otro instrumento de singular importancia para las Américas, y la defensa de la democracia como la Carta Democrática Interamericana, aprobada por los Estados miembros de la OEA en Lima el 11 de septiembre del año 2001. Este documento consagra a la democracia como un derecho de los pueblos de América, y una obligación de sus gobiernos de promoverla y defenderla.

Hay que tenerla a la mano no sólo por sus principios esenciales, sino porque resulta irónica su invocación después de 17 años en que Venezuela casi se queda fuera de su aprobación, por la necia actitud de quien fuera el más férreo constructor de la más perversa dictadura en Venezuela, si no se incorporaba en la Carta el concepto de la “democracia participativa”, como una forma de profundizar ésta más allá de la democracia meramente representativa.

Ha querido el destino que un hombre genuinamente revestido de un gran espíritu democrático como lo es el uruguayo Luis Almagro, quien fundamentado en el mal ejemplo y la distorsión antidemocrática del régimen venezolano, blandiera la referida Carta Democrática, sus elementos esenciales, sus componentes fundamentales, así como el establecimiento de mecanismos internacionales de protección de la democracia, más la iniciativa que provee al Secretario General la capacidad de actuar en casos de situaciones que puedan afectar la democracia, para lograr su aplicación efectiva y dar al traste con las dictaduras revestidas de democracia como la chavista-madurista, bajo la conducción del castrocomunismo que se ha querido imponer en el país.

A Luis Almagro hay que reconocerle su profundo sentimiento democrático y su valiente postura frente a su partido y su gobierno, haber logrado el despertar de la conciencia ciudadana y del valor de la libertad en pueblos hermanos, y en connotados dirigentes de América Latina que coqueteaban abiertamente con el reprochable dictador, hasta que su indoblegable posición, lograra que casi el mundo entero repudiara la presencia ilegítima de Nicolás Maduro al frente de la presidencia de Venezuela, y el reconocimiento legítimo de Juan Guaidó quien asumió con valor y honor la enorme responsabilidad de ser el Presidente encargado de la Nación.

A Luis Almagro, Iván Duque, Sebastián Piñera y otros presidentes y expresidentes, debemos hacerles un reconocimiento que exprese el agradecimiento eterno de todos los venezolanos demócratas, pero también hay que hacer una lista de venezolanos, hombres y mujeres, que en su peregrinar por el mundo, ayudaron a crear conciencia democrática y ganar aliados para nuestra lucha por la democracia y la libertad en Venezuela.

 

 

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