Derrumbe de piedras por incendio en la Sierra

Cada 10 minutos se escuchan u00e1rboles caer en lo alto de la montau00f1a. (Fotos: Cortesu00eda)

El humo no deja ver ni respirar a los pobladores de la Sierra de Perijá, describió el Fray Nelson Sandoval. 500 personas permanecen en constante peligro desde que inició el fuego

Fray Nelson Sandoval, misionero capuchino de la iglesia Corazón de Jesús, ubicado en la Misión los Ángeles del Tukuko, informó vía telefónica a este rotativo, que “los yucpas de la comunidad el Chaparro, tienen que regar sus conucos y el borde de sus casa con tobos de agua para evitar que el fuego consuma la siembra y su hogar. Aquí la mayor parte de la montaña está desbastada por el fuego, afortunadamente la gente se movió rápido frente al fuego y pudieron salvarse pero está muy difícil la situación, gracias a Dios no hay muertos”.

En esta parte de la Sierra de Perijá, según información del sacerdote, son 500 personas repartidas en tres comunidades las que permanecen en peligro desde la noche de este viernes.

Suspendidas las clases

Debido a la cercanía del fuego en la montaña que bordea las casas de la Misión, las actividades fueron suspendidas en el internado y en la escuela Unidad Educativa Sagrada Familia. “Las clases se suspendieron por la falta de agua además de la situación de incendio tan cercana, son 790 alumnos desde preescolar hasta bachillerato que corren peligro, además los chamos del internado, es decir 130 muchachos que están aquí día y noche de domingo a domingo, entonces se convierte esto en un caos, se suspendieron el pasado viernes y este lunes vamos a tener una asamblea de representantes para evaluar la situación”.

Caos y escombros 

Una neblina pesada de humo no deja ver ni respirar, describió el padre, además de una capa de cenizas que se deja llevar por el viento y se deposita desde los pulmones de quienes la están respirando día y noche, hasta los baños de la casas de la Misión. “La alarma está en el cerro que está detrás de la Misión Tukuko, aquí están cayendo árboles a cada rato, que son gigantescos por el estruendo que hacen y ayer vimos un derrumbe de piedras o rocas impresionante desde el cerro, esto es terrible”.

Hasta el momento solo tienen electricidad. “La luz la cortan por racionamiento dos veces por semana y el agua la tenemos que ir a buscar para la limpieza y los servicios en el río y para cocinar en una hacienda que está cerca donde tienen un pozo de agua potable y nos dan”.

“Estamos esperando, porque el Gobierno prometió que iban a sobrevolar la zona para evaluar y comenzar a sofocar el fuego la otra semana, esperamos que sea pronto y cumplan su palabra. Ahora tenemos miedo de que con las lluvias se desprenda de ahí material, rocas y restos de árboles del incendio y en un deslave todo eso venga a dar aquí y ocurra una desgracia mayor, aquí tenía que venir luego Protección Civil o algún organismo que evalúe el riesgo que tenemos a modo de prevención”, finalizó Sandoval. 

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