Hace dos días, Luis Perozo, propietario de Puerto de Libros, recibió el anuncio del incremento de la mensualidad de 84 mil bolívares a 40 dólares
Puerto de Libros cierra sus puertas hoy. Luis Perozo, propietario de la librería, recibió un comunicado que le ordena desalojar el quiosco donde funcionó la tienda desde hace casi dos años en la Vereda del Lago.
Con un memorándum y una resolución el Sedepar le explicó a Perozo que la medida responde a que él violó la confidencialidad descrita en el contrato, al hacer público a través de los medios de comunicación el aumento de alquiler que estableció la Alcaldía de Maracaibo.
Vale recordar que el pasado miércoles 27 de noviembre, Perozo recibió un anuncio: el alquiler del local donde funciona Puerto de Libros aumentó de 84 mil bolívares a 40 dólares a partir de noviembre, equivalente hoy a un millón 600 mil bolívares, según la tasa no oficial.
Además, Perozo debía pagar los dos últimos meses del año, antes del 10 de diciembre. Es decir, reunir más de tres millones de bolívares en escasos 10 días o sino cerrarían su librería.
Perozo, quien es poeta y escritor, difundió la información a través de las redes sociales y medios de comunicación en busca de solidaridad, para solicitar apoyo económico de la colectividad y una reconsideración de la nueva tarifa por parte de la municipalidad.
Pero el ejercicio pleno de su derecho a la libre expresión, contemplado en el artículo 57 de la Constitución de Venezuela, resultó ser una violación a la cláusula décima del contrato de arrendamiento que firmó.
“Crimen Cultural”, el Día Nacional del Escritor
El memorándum interno que recibió Perozo proviene del Servicio Desconcentrado de Plazas y Parques (Sedepar) con la firma de su directora Mariel Benítez y está dirigido a la consultora jurídica, María Gallardo. Allí se solicita “rescindir el contrato de arrendamiento (…) otorgado a Luis Perozo (…) por incumplimiento de lo establecido en la cláusula décima del presente contrato”.
Le acompaña un documento de tres páginas que contiene una resolución de rescisión donde, entre otras cosas, se detalla que el ciudadano Luis Perozo incumplió con el compromiso y los términos establecidos en la cláusula décima de “confidencialidad”.
Esta cláusula establece que “el arrendatario se compromete a que todos aquellos hechos, circunstancias, noticias o informaciones de las que se tenga conocimiento con ocasión de la firma y ejecución del contrato, que guarden relación directa o indirecta con secretos industriales, comerciales, administrativos, gubernamentales o empresariales de la arrendadora deberá mantener y guardar la confidencialidad de los mismos”.
Además, deja claro que “cualquier contravención a lo establecido en esta cláusula dará derecho a la arrendadora a resolver unilateralmente el presente contrato”. Ese “resolver” se traduce en el desalojo de la librería.
Perozo lamenta lo sucedido. Aún más porque hoy, 29 de noviembre, se celebra el Día Nacional del Escritor. También cataloga la medida como un #CrimenCultural e invita a sus clientes y allegados a que utilicen la etiqueta para solidarizarse con su causa.
“Tememos que nos incauten los libros o que nos envíen a la Policía para humillarnos. Quiero que la gente que ama la lectura se manifieste contra este acto que agota el diálogo e impone la barbarie en nuestra ciudad”, sostuvo.