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La falta de información creíble, en el mercado cambiario es lo que ha permitido que el mal llamado “Dólar Cúcuta” se haya convertido en el único referente que se utilice para operaciones cambiarias. Aun sabiendo del bajo volumen de estas operaciones que se realizan en la frontera, pero es el único dólar disponible.
Existe el antecedente de haber controlado el dólar paralelo a través de los volúmenes de dólares negociados en el Sitme y en el Sicad ll cuando a través de estos mecanismos se negociaban entre US$ 40 y 50 millones diarios, situación no comparable con los menos de US$ 2.000 millones, que se negocian en el Simadi diariamente en la actualidad.
También, La baja en las reservas internacionales favorece el alza del dólar paralelo, de allí, la recomendación de cesar con los traspasos al Fonden, para disponer de recursos para las necesarias importaciones disminuyendo así, los altos niveles de escasez. Otra situación, que favorece el alza del paralelo, es la carencia de bolívares en la frontera que impide la negociación fluida con los bienes regulados, que luego se contrabandean.
Lo recomendable, es desmontar el control de cambio de una vez por toda, y dirigirnos a la unificación cambiaria, no se puede seguir subsidiando el dólar a 6,30 y 12 bolívares, solo para beneficiar a un pequeño grupo de privilegiados fomentando la corrupción y la especulación cambiaria.
Cierto es, que el desmontaje del control de cambio y el subsecuente proceso de unificación cambiaria, causaría costos políticos, pero en la medida que no se tomen medidas en el cortísimo plazo, los daños a la economía se acrecentaran. En cuanto a la población más vulnerable se requiere ser creativo y diseñar un subsidio directo temporal para atenuar el impacto en los ingresos que medidas de este tipo causarían. Eso creemos.