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Freddy Añez, taxista, recorrió varias ventas de repuesto de Maracaibo encontrándose con santamarías abajo y ventas limitadas que dan cuenta de “revisión de precios” por el aumento del dólar. Los “repuesteros” hacen cálculos, ajustan precios. No son los únicos, papelerías, abastos, carnicerías, zapaterías, panaderías y comercios se sumergen en estimaciones de costos.
“Evalúan porque tienen que volver a tener inventarios de reposición o se descapitalizan”, precisa Johnny Zafra, economista. “En el momento (de) que el dólar sube los importadores ajustan por la cotización”. Y terminan en precios de productos con “nueva realidad e importación”.
Zafra explica que existen bienes con precios controlados, esenciales que no pueden asumir alza, modificarlos puede ocasionar incumplimiento de la Ley de Precios Justos. Será la Sundde o las instituciones del Gobierno las encargadas de verificar el acto comercial. “Los productos no imprescindibles se va ajustando a cómo van los precios de importación”.
Y los inventarios en depósito o se actualizan “porque si no se va a descapitalizar” los comercios o será arropado por la inflación con el final de “cierre” de negocios y desaparición de oferta. “Actualizar los costos de inventarios es una norma para evitar los efectos de las desviaciones” del mercado de la divisa fuera de control oficial.
En Maracaibo, los bienes importados llegan en su mayoría desde Colombia, donde la moneda oficial es el peso, pero las transacciones internacionales se cruzan con el dólar americano. Ayer, la tasa informal tocó el histórico de 13 mil 700 bolívares por dólar. Mientras que las operaciones regularizadas por el Dicom se cotizó a dos mil 870 bolívares.
El mercado negro puntea y debilita diariamente la moneda venezolana. Contenerlo con el sistema de administración de divisas, ideado por el Gobierno, está en mora, existe un desbalance ante el rezago de subastas. Este miércoles cerró la operación 11 de la convocatoria del BCV en banda de dos mil 970 y tres mil 100 bolívares por dólar.