Proclaman
Al menos la mitad de la población mundial está privada de servicios de salud esenciales, según se desprende de un nuevo informe del Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Cada año, un gran número de familias que se ven sumidas en la pobreza porque no pueden pagar de su propio bolsillo la atención sanitaria.
En la actualidad, 800 millones de personas, casi el 12 % de la población mundial, dedican al menos un 10 por ciento del presupuesto familiar a subvenir a los gastos de salud de los progenitores o de un hijo u otro pariente enfermo. Para casi 100 millones de personas, estos gastos son lo bastante elevados como para abocarlas a la extrema pobreza, forzándolas a sobrevivir con apenas 1,90 dólares o incluso menos, al día.
El informe también demuestra que la cobertura sanitaria está directamente relacionada con la mortalidad infantil, la esperanza de vida y el desarrollo humano. En los hogares más pobres de los países de ingresos bajos y medianos ingresos, sólo el 17 % de las madres y los niños tienen cubiertas todas sus necesidades sanitarias, mientras que entre las familias más ricas la cifra sube al 74 %.
Estas conclusiones, hechas públicas en el Informe Mundial de Seguimiento de la Cobertura Sanitaria Universal 2017, fueron publicadas al mismo tiempo en Lancet Global Health. A propósito la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución que proclama oficialmente el 12 de diciembre como el Día Internacional de la Cobertura Universal de Salud.
Más cifras
En este siglo aumentó el número de personas que tiene acceso al tratamiento antirretroviral del 2 % en el 2000 al 53 % en el 2016 y a mosquiteras tratadas con insecticida para prevenir la malaria del 1 % en el 2000 al 54 % en 2016.
En países de renta baja o media, por ejemplo, solo un 17 % de las madres y niños de la quinta parte más pobre de las familias se beneficiaron de un mínimo de seis o siete intervenciones básicas de salud materno infantil, por un 74 % de la quinta parte más rica de las familias.
Todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas acordaron tratar de alcanzar la cobertura sanitaria universal a más tardar en 2030, en el marco de la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.