Desventuras de un viajero

Los retrasos de los vuelos se han convertido en rutina, las aerolíneas se lavan las manos y las autoridades, -hasta ahora-, no han resuelto la grave situación

Poco me gusta hablar en primera persona de lo que me sucede, pero una amiga me convenció al decirme, que si no hablamos quienes tenemos la posibilidad de expresarnos en los medios de comunicación, ¿quién hablará por quienes no pueden hacerlo? Esto me persuadió de relatar un hecho muy lamentable que me pasó durante un viaje. 

Fui invitado a participar como ponente en la Asamblea anual de la Asociación Profesional de la Industria Funeraria (ASOPROINFU), celebrada en Porlamar. Me remitieron el boleto con el siguiente itinerario: ida 25 de junio, hora 7:40 pm;  retorno 27 de junio, hora 10 pm, ambos por Aeropostal. Llegué a Maiquetía dos horas antes de la salida del vuelo, para mi sorpresa salió puntual. Al desembarcar pensé confirmar mi vuelo, pero desestimé la idea, ¡craso error!

El día 26 de junio presenté mi ponencia, al día siguiente  se celebraron las elecciones y a las 7:20 pm  me trasladé al aeropuerto. Al llegar me sorprendí al encontrar las taquillas cerradas. Me dirigí al módulo de información, la joven consultó el boleto y me dijo que mi vuelo no existía. ¿Qué puede hacer una persona que no tenga dinero para pagar el hospedaje, traslado, comida? Recibí el auxilio de mis anfitriones, pero el que no tiene esa opción simplemente debe quedarse en el aeropuerto hasta conseguir retornar. 

Al día siguiente continuó el víacrucis. La aerolínea se escudó en un supuesto mensaje a un destinatario y teléfono fantasma. Nunca recibí ese mensaje, me quitaron la reservación arbitrariamente. Quedé en la lista de espera. Cerraron el vuelo sin vacantes por lo que debería volver al día siguiente sin ninguna garantía.

Esperé hasta que llegara otro avión, así fue como me permitieron embarcar en el último vuelo que despegó a las 12.05 am. Al llegar al aeropuerto de Maiquetía no había servicio de taxi. Muchos pasajeros que no encuentran cómo trasladarse deben permanecer allí, expuestos a que suceda cualquier cosa; solo a partir de las cuatro de la mañana se consigue servicio de taxi. Los retrasos de los vuelos se han convertido en rutina, las aerolíneas se lavan las manos y las autoridades, -hasta ahora-, no han resuelto la grave situación. Las líneas aéreas se quejan por la falta de divisas para mejorar el servicio, mientras, los pasajeros debemos soportar todo tipo de abusos. El pésimo servicio, es el reflejo del caos que impera en el país en casi todos los servicios. 

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