Este momento crítico tiene un significado especial para la centenaria Universidad del Zulia. Durante sus 126 años de interrumpida vida, ha experimentado varios episodios de la sociedad, que la han marcado
Sin duda el efecto de la descomposición del modelo rentista petrolero anda en su fase de desenlace y dará paso a otro con parámetros sociales, económicos, políticos, culturales, tecnológicos y científicos, totalmente distintos. Y en ese proceso uno de los grandes protagonistas serán las instituciones de educación, incluyendo a las universidades.
El barco Venezuela navega en medio de una de las tormentas más agresivas de su historia. La Universidad del Zulia como parte de su tripulación vive las inclemencias de ese agresivo fenómeno, pero también como organismo generador de conocimiento, está obligada a crear respuestas, propiciar el reencuentro de su rumbo y guiarla hacia puerto seguro. Esa importante misión impuesta por la sociedad, en estos convulsionados tiempos, cada vez toma más fuerza.
Este momento crítico tiene un significado especial para la centenaria Universidad del Zulia. Durante sus 126 años de interrumpida vida, ha experimentado varios episodios de la sociedad, que la han marcado y la han motivado a buscar nuevos horizontes, asumiendo líneas de conocimiento universales de avanzada en diferentes áreas del saber. Sus catedráticos y estudiantes han pisado los más prestigiosos centros académicos, demostrando sus capacidades y extraído de esas experiencias respuestas a los asuntos propios del Zulia y Venezuela. Esa experiencia debe invocarse nuevamente para buscar respuestas ante la creciente demanda social.
La sociedad reclama respuestas, y esa deuda académica debe asumirla la Universidad del Zulia como un compromiso histórico. Sus profesores, estudiantes, obreros y empleados están ante el dilema de asumir con conciencia la situación y generar respuestas que reivindiquen su rol protagónico y coadyuve al rescate de Venezuela, facilitando la construcción de ese necesario camino de la integración a las grandes corrientes científicas, tecnológicas, humanísticas y ambientales, prevalecientes en el mundo de hoy. O simplemente hundirse en la crítica estéril y el lamento sin sentido. Ese es el reto.