Devaluados

Nuestra industria petrolera, era la tercera corporación mundial más importante del mundo. Hoy después de 20 años, la producción de petróleo, no supera un millón 500 mil barriles diarios

Los venezolanos vivimos una tragedia sin precedentes en la historia republicana del país. En pleno siglo XXI estamos sumergidos en medio de una profunda crisis económica, política y social.

Desde el CNE por ejemplo, se ha implementado un sistema electoral perverso y fraudulento, para torcer la voluntad popular, que comenzó a perfeccionarse después del 6 de diciembre de 2015, para evitar la llegada al poder por elecciones transparentes a los factores de la oposición venezolana. Así como la utilización de instituciones del Estado, para perseguir, privar de libertad, inhabilitar, vilipendiar, y señalar a cualquier líder político o adversario que represente una amenaza a los intereses de una clase gobernante, que busca quedarse en el ejercicio del poder.

Nuestra industria petrolera, era la tercera corporación mundial más importante del mundo. La fecha donde gana la revolución la Presidencia de la República fue en 1998 y al siguiente año es cuando comenzó en el país este “cataclismo revolucionario”.  La producción petrolera se estimaba en tres millones cien mil  barriles diarios, hoy después de 20 años, la producción de petróleo no supera un millón 500 mil barriles diarios, lo que significa una caída del 100 % de la producción.

El país sufre de un cáncer económico. Con  controles severos; restricciones; un sistema cambiario que ha sido utilizado para enriquecer a unos pocos, generando una caída estrepitosa de nuestras reservas internacionales; una deuda externa e interna casi impagable, con nuestro signo monetario, completamente devaluado y destruido.

La hecatombe es tan grande que para 1998, la inflación acumulada fue del 81 por ciento, y para marzo de este año, según reportes de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, había alcanzado cerca del ocho mil 800 por ciento y se estima que a finales del segundo semestre de este año, superará el 15 mil por ciento.

Una hiperinflación que mata de hambre y necesidad a todo un pueblo. Sufrimos la desgracia social de un Gobierno que se especializó en fabricar pobres y miseria, destruyendo la calidad de vida del venezolano. 

El hambre es un fenómeno común a lo largo y ancho de todos los estados y municipios de Venezuela. Un sistema de salud pública abandonado y con una escasez de medicamentos y material médico quirúrgico. Mientras el hampa se multiplica, habiendo cobrado miles de vidas en estos últimos años.

En fin, vivimos en un país destruido, en manos de un gobierno que pareciera no quiere reconocer, la tragedia que estamos viviendo. Los venezolanos, somos presa de un Gobierno líder en hechos de corrupción.

 

 

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