¿Diálogo para ganar o perder tiempo?

La Iglesia no se va a prestar al juego de Maduro y si éste pretende con su estrategia de ganar tiempo, perderá una opción importante de lograr la paz y la reconciliación nacional

Es preocupante ver lo que está ocurriendo en todos los ámbitos del quehacer nacional; los poderes públicos, rompiendo los esquemas filosóficos de la Constitución nacional, están supeditados al Poder Ejecutivo, y, éste obedece órdenes de Cuba; es decir, el Poder Moral, Electoral, TSJ y la propia FAN, son apéndices de la dictadura cubana. En el ámbito jurídico, el TSJ se ha convertido en el instrumento protagónico de la defensa del comunismo, creando normas que obstaculizan el poder soberano de la AN; creen que el alto mando militar, va a defender al comunismo en el poder, y si tiene que usar las armas de la república, contra los opositores, que hoy representan el 85 % de la población, lo van a hacer. Pero, a pesar de todo ese poder del régimen no ha podido, por inoperancia suprema, responder al hambre, a la miseria y a la muerte que se ha configurado en la población venezolana. 

Esta situación que padecemos, pone contra la pared al régimen; es incontenible la movilización de la sociedad para salir de ellos y ante esa realidad inventan un diálogo al cual siempre se han opuesto. La Iglesia, a través del Papa Francisco, participa de buena fe en ese diálogo, pero están claros que el régimen ha injuriado, blasfemado a varios de sus principales pastores; es decir, en contra de la CEV. Ellos no quieren diálogo, solo están interesados en ganar tiempo. La posición de la MUD es correcta; sino hay voluntad política para lograr un acuerdo en el lapso previsto, es difícil que lo puedan hacer a largo y mediano plazo; la estrategia del régimen es romper la unidad y a la larga en desesperanza, desencanto y pérdida de la motricidad en la calle y en los espacios verosímiles de la MUD.

La Iglesia es sabia, ha actuado como mediador en conflictos más graves; el imperio romano, con Diocleciano y Nerón a la cabeza, entre otros, claudicaron en su faena de "exterminar a los cristianos de la faz de la tierra", muy al contrario, terminaron claudicando y convirtieron al imperio romano en cristiano. De manera, que la Iglesia no se va a prestar al juego de Maduro y si éste pretende con su estrategia de ganar tiempo, perderá una opción importante de lograr la paz y la reconciliación nacional. El régimen tiene la palabra y sabemos a lo que están jugando; y por último todos sabrán lo hipócritas que siempre han sido.     

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