Diáspora heroica

“El contenido de las denuncias y reclamos de la Comunidad Democrática Internacional se ha ido haciendo más explícito, preciso y demandante”

Van quedando pocos los lugares donde los venezolanos exiliados o emigrados por la crisis que atraviesa Venezuela, irrumpan en actos públicos organizados por el Nicolato denunciando la mentira exhibida para beneficio del despotismo gobernante.

Hay que dar cuenta de esta diáspora heroica que en Panamá, México, Boston, Sao Paulo, Madrid, Houston, Bruselas, Roma, Suiza, Australia, Bogotá, Lima, Miami y Fátima, le sale al paso a los personeros del régimen que representando a Maduro o agradecidos porque viven en el exterior de los robos hechos al tesoro nacional defienden lo indefendible.

Como ha dicho Axel Capriles desde España “el chavismo sobrepasó los límites de la maldad”. Frase que incluye el centenar de muertos y los mil heridos de las protestas recientes y las víctimas de la inseguridad e impunidad, que con toda valentía ha denunciado desde Nueva York, la gran diseñadora venezolana Carolina Herrera, con el dolor de su sobrino asesinado en Caracas.

La situación venezolana es materia de editoriales de diarios del continente como El Tiempo de Bogotá, Listín Diario de Santo Domingo, La Nación de Buenos Aires o El Comercio de Lima, Nuevo País de Madrid, New York Times, Le Monde de París y el tema venezolano está en la ONU, OEA, UE, el Senado de Brasil, Parlamentos español, paraguayo, uruguayo y salvadoreño. Es tema de articulistas renombrados como Mario Vargas Llosa, Alberto Montaner y Plinio Apuleyo Mendoza.

Es que como ha señalado con propiedad mi profesora de Estudios Internacionales Elsa Cardozo en el diario El Nacional “el contenido de las denuncias y reclamos de la Comunidad Democrática Internacional se ha ido haciendo más explícito, preciso y demandante”. Y de ello es prueba la solicitud que El Vaticano, en voz del secretario de Estado, Cardenal Pietro Parolín, ha expresado al decir que la solución de la crisis venezolana se resuelve con elecciones. 

Esa diáspora venezolana dinámica, ha desempolvado un método originalmente usado en Argentina contra la dictadura militar, mejor conocido como escrache, que es la protesta directa en las residencias de los jerarcas del régimen o en sus empresas. Está claro, como ha recordado Paulina Gamus en un magnífico artículo, que irá a la cárcel Maduro y sus secuaces, pero no sus hijos, porque como dijera Andrés Eloy Blanco en uno de sus versos: “Por mí, ni un odio, hijo mío, ni un solo rencor por mí. No derramar ni la sangre de un colibrí, ni andar cobrándole la cuenta del padre ruin. Y no olvidar que la hija del que me hiciera sufrir, para ti ha de ser sagrada como las hijas del Cid”. 

Visited 9 times, 1 visit(s) today