Dictadura en democracia

 

Un pueblo puesto en manos de un advenedizo que no respeta las contiendas electorales, se atomiza por las discordias de los opositores que exacerban su sed de poder. Los aspirantes a dictadores revelan sus intenciones mediante su ferviente deseo de eliminar opositores

Los dictadores existen desde que los humanos decidieron organizarse en grupos sociales. Son aquellos que a través de la fuerza se ponen por encima de cualquier escala jerárquica y crean a su alrededor un aura de absolutismo y completo dominio. Siempre imponen sus ideas a los dominados y eliminan cualquier disidencia con el régimen impuesto. 

En su ignorancia de los principios políticos recurren a la astucia y a la hipocresía para someter al pueblo con dádivas y prebendas. Los afectos a la tiranía toman resoluciones absurdas que conducen a la anarquía y esta termina debilitando el poder. Un pueblo puesto en manos de un advenedizo que no respeta las contiendas electorales, se atomiza por las discordias de los opositores que exacerban su sed de poder. 

Los aspirantes a dictadores revelan sus intenciones mediante su ferviente deseo de eliminar opositores. Con ellos la palabra libertad no existe y puede ser protegida solamente si a la gente opositora, le importa lo suficiente como para luchar por ella. 

Aunque algunos de ellos han detentado el título de Presidente, con el propósito de aparentar una legitimidad que no poseen, han gobernado con poderes extraordinarios, degenerando fácilmente en regímenes tiránicos y a menudo violentos. Usualmente demandan poder ilimitado para lidiar con una emergencia nacional o para restaurar el orden. Raras veces abandonan el poder que han adquirido por la vía democrática y niegan toda posibilidad de abrir procesos electorales alegando razones de seguridad de Estado. 

Cualquier dictadura de tipo fascista impone unas ideas al pueblo y lo subyuga bajo el poder del terror y la represalia policial o militar. Estas han surgido en pueblos prósperos, educados y sofisticados que parecían estar lejos de llegar a una tiranía y que acogieron a dirigentes lunáticos porque las políticas de gobiernos anteriores devinieron en crisis económicas, políticas y sociales que fueron el caldo de cultivo para los tiranos.

La oposición debe ser un componente básico del funcionamiento de las democracias pluralistas porque su existencia representa la cristalización de la diversidad social y desemboca en regímenes bipartidistas o multipartidistas. También mantiene una relación directa con la democracia porque no busca la eliminación del adversario, sino la solución de los conflictos, esto se logra mediante la identificación de intereses comunes y privilegiando el mecanismo del diálogo por encima del de la confrontación. 

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