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La tribulación llegó agarrada de la mano con la difteria al Hospital Universitario de Maracaibo, ambas arrasan con la calma de pacientes, familiares, personal médico y de enfermería que se pelean en la entrada de la torre de adultos por no subir al ala derecha del octavo piso donde están los cinco casos más graves diagnosticados con la enfermedad erradicada hace más de 25 años.
Una fuente interna del hospital del área de epidemiologia confirmó la contaminación en el hospital más grande de Maracaibo. “El hospital está todo contaminado, el área de adultos, pediátrica y emergencia. Por eso el personal esta tan temeroso e incluso muchos se niegan a subir al octavo piso porque aquí lo único que hay es mascarillas”. Solo un personal fijo permanece en el ala derecha, mientras que las enfermeras envían con los familiares: medicinas, insumos e información. “ni loca subo, porque esa vacuna no sirve y yo no me quiero enfermar, ni se imaginan lo que se está cocinando aquí”, dijo una enfermera del área de hospitalización que se negó a dar su nombre por miedo a represalias.
En emergencia otro personal atiende los 13 casos manejados como sospechosos de los cuales ya hay confirmados, según la fuente. La dirección del hospital y las autoridades de salud, al igual que el gobernador del estado continúan sin aclarar la situación que mantiene el alerta a la población. Extraoficialmente se conoció que Samuel Viloria, director del HUM reunión a los jefes de servicio y de división la tarde del miércoles para girar instrucciones e intentar investigas como se está colando la información. Una de las directrices consiste en la descontaminación de las áreas, ayer comenzaron en el servicio de ORL. “Lavaron con jabón industrial, cloro y agua, más nada y eso no es así porque para estas cosas se necesitan líquidos especiales”, informó a La Verdad un obrero.
Los ascensoristas paralizaron sus actividades el jueves ante la epidemia y el miedo. Se negaron a subir personal por miedo a contagiarse. “El jefe de epidemiologia Lev Núñez se reunió con nosotros y nos dijo que no había nada de qué preocuparnos, por eso comenzamos a trabajar pero igual estamos asustados porque esto está contaminado y todo lo quieren esconder”, dijo uno de los maquinistas.
Identificados
El ala derecha del octavo piso es definido por quienes han tenido “la desgracia” de estar en él como “un infierno”. No hay aire acondicionado por lo que los pacientes están con las ventanas abiertas, lo que no garantiza el cerco adecuado que debería tener la bacteria durante su cuarentena. El tratamiento que reciben los casos confirmados son Penicilina sódica y Bencetacil, ambas para tratar infecciones bacterianas. Hasta ahora ningún paciente ha recibido la antitoxina, vacuna que debe colocarse previa a recibir los antibióticos.
Alan Finol de tres años de edad es el más pequeño de los afectados, recluido en la cama 26. Nayelis Boscan de 18 años, residente de Casigua el cubo, reposa en la cama 28 desde hace dos semanas cuando fue confirmada como el primer caso en Zulia. José Covarrubias en la cama 32 y Liz Correa en la 21 completan el grupo, resta un caso del que se desconocen los datos.
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