Estos energúmenos, neo-feudales, esclavizadores, que ostentan el poder en Venezuela, se han dado a la tarea de promulgar cuanta falacia les viene en gana, tergiversando incluso la historia, al punto de poner en dudas respecto a quién fue el Libertador de Venezuela, si fue el arañero de Sabaneta o fue Bolívar
Nada tiene de raro esuchar tal irreverencia con tintes de herejía y blasfemia, si de comparaciones e imputaciones se refiere para los draconianos del neo-feudalismo del siglo XXI. Para ellos, los dizque chavistas o seguidores del arañero, no es nada difícil transgredir la inteligencia del ciudadano común, y en mayor grado para la parte intelectual de la ciudadanía, encontrándose entre los agraviados los círculos profesionales, de las iglesias y académicos de toda índole.
La perorata de Mario Silva no tiene parangón al decir: “Dios es chavista” (02-05-2016 redactado por Luis G. Carvajal) El venezolano. No obstante, en otra ocasión Chávez tuvo la insensatez, o astucia -la ignorancia es atrevida- de afirmar que Bolívar era marxista. O sea, que cuando Marx había escrito el Manifiesto comunista (1848) Bolívar resucitó para leerlo y enajenarse en contra del usufructo del capitalismo yanqui que no existía. En otras palabras, antológicamente, no podría serlo pues, cuando Bolívar murió, Marx apenas tenía 13 años. Son el colmo de lo lúdico o son unos ignorantes mentirosos.
Sin embargo tal aberración informática no se puede desapercibir y que quede en el limbo de la apatía cognoscitiva, pues las nuevas generaciones derivado del adoctrinamiento educativo, impuesto a cuenta gotas pero tenaz de estos energúmenos, neo-feudales, esclavizadores, que ostentan el poder en Venezuela, se han dado a la tarea de promulgar cuanta falacia les viene en gana, tergiversando incluso la historia, al punto de poner en dudas respecto a quién fue el Libertador de Venezuela, si fue el arañero de Sabaneta o fue Bolívar.
Por otro lado la ambigüedad de estos “orates” brilla por bizarra, parece ser que su socialismo-comunismo, defensor del proletariado, no se conforma con que el pueblo noble de Venezuela, cumpliendo con su deber ciudadano, haya elegido como presidente a un obrero “reposero”, sino que además como todo totalitarismo dogmático a lo Stalin, Mao Tsé Dong, Ho Chi min, Sadam Hussein, Muhammad Gadafi etc. se han dado a la tarea de rendirle culto a la personalidad de un ser que volvió miserable a la nación, -el arañero de Sabaneta- Chávez, santificándole o endiosándole. Contraviniendo, irónicamente, el ateísmo de Marx -aunque era judío- y del comunismo propiamente dicho. Chávez maldijo al pueblo judío “desde el fondo de sus entrañas”.