Disparan unas 25 veces contra comerciante y su escolta

El comerciante se desangru00f3 en la vu00eda pu00fablica. (Fotos: La Verdad)

Los sicarios buscaban al empresario desde hace meses. Atentaron dos veces en su contra. En el primer ataque mataron a una nutricionista

Cabimas. La tercera  fue la vencida. Los verdugos de Lino Mauricio Perozo, de 47 años, lo acribillaron ayer al mediodía. Su cadáver quedó tendido en la parte lateral derecha de un banco en la avenida Intercomunal con calle Tropical, en Cabimas,  y en la que segundos antes había salido de realizar una transacción. 

Una ráfaga de disparos alertó a la docena de clientes, entre ellos a un efectivo de la Guardia Nacional que vestía de civil y enfrentó a los delincuentes al igual que un motorizado de la Policía regional que pasaba por el lugar. 

Aún así los delincuentes acribillaron a Perozo. Cerca de 10 balazos acabaron con la vida del empresario cabimense. A uno de los escoltas de la víctima, Alexander  Boudewyn, de 32 años, le atravesó la sien un proyectil. Medio cuerpo quedó debajo de la camioneta Jepp negro, placa AH430SA, propiedad de la víctima, quien trató de correr hasta la parte trasera de la unidad para salvar su vida, pero fue en vano. 

Al herido lo trasladaron a una clínica, a unas cuatro cuadras de donde lo balearon. Su cuadro clínico es reservado. Trascendió que un segundo escolta salió ileso y es pieza clave para reconocer al trío de delincuentes quienes cometieron el crimen. Según los testigos, los sicarios huyeron hacia la zona sur de Cabimas. 

Los Perozo se mostraron herméticos ante la presencia de los medios y de curiosos.  La esposa y las dos hijas del occiso llegaron hasta el lugar a constatar con sus propios ojos el rumor del asesinato, pero no declararon. 

Dos atentados

Lino Mauricio Perozo había sufrido dos atentados. En el primero, en octubre de 2014, resultó gravemente herido tras recibir tres impactos de balas. En el hecho falleció Milagros Núñez Paredes, de 30 años. La dama compartía con su hermana y cuñado en una de las mesas ubicadas en la parte delantera De Todo y Café, al escuchar los disparos trató de correr, pero se enredó con sus pies y cayó. Recibió un balazo en las costillas y murió.

Las investigaciones preliminares revelaron que Perozo había recibió amenazas de su expareja y que el atentado pudiera tener un trasfondo pasional. El segundo ataque ocurrió días después. Unos hombres vestidos con uniformes policiales irrumpieron en la clínica privada donde se recuperaba. El área debió ser resguardada por funcionarios de la Guardia Nacional hasta que lo remitieron a otro centro asistencial fuera de Cabimas. 

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