Representantes de los infantes deben peregrinar para conseguir las dosis iniciales y refuerzos. Las metas de cobertura que deben alcanzar el 95 por ciento de la población están “muy por debajo”. Desde 2008 epidemiólogos alertan sobre la escasez de vacunas en el territorio
La "crisis" en materia de salud que atraviesa Venezuela no distingue edades. Desde que los bebés llegan al mundo en este país, sus padres o responsables se enfrentan a la tarea "titánica" de conseguir las vacunas que el pequeño requiere para garantizar el cumplimiento del esquema de inmunización, fundamental para prevenir enfermedades a corto, mediano y largo plazo.
La "tablita" de vacunas es una guía de inmunizaciones técnicamente diseñada, que indica cuáles están aprobadas en el país, edades y vía de aplicación, número de dosis, además de la cantidad de vacuna por dosis. Tanto la estrategia como los programas de vacunación deben responder a un plan nacional de salud y su cumplimiento demuestra ser efectivo, como medida para reducir la mortalidad infantil, morbilidad y los efectos de enfermedades infecciosas que producen minusvalía.
De acuerdo con la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría, el esquema de inmunizaciones para niños y niñas comprende un rango que va desde recién nacidos hasta los nueve años. Está compuesto por 15 vacunas que previenen patologías como tuberculosis, hepatitis B, difteria, sarampión, varicela, entre otras.
Dista de la realidad
Conseguir las vacunas necesarias y completar el esquema es un lujo para los "mortales", a pesar de que la tesis gubernamental consagrada en la última memoria y cuenta del Ministerio de Salud a la que se tuvo acceso en el 2016 refleje otra realidad. En el documento, se explica que durante el 2015 a través del proyecto implementación y seguimiento del esquema ampliado de inmunizaciones en el país, Venezuela fue certificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) como país libre de rubéola y síndrome de rubéola congénita.
A esto se añade, según el mismo texto, la aplicación de 20 millones 869 mil 247 dosis de vacunas que beneficiaron a 10 millones 296 mil 440 personas que representaban para el momento un 98 por ciento de la meta física. La incorporación del país a la red mundial de laboratorios para la vigilancia centinela de rotavirus, también fue resaltada entre los logros.
Los números reflejados en la memoria y cuenta no ofrecen un porcentaje de cuantos niños fueron vacunados de esa cifra total. La "inversión" superó los 467 millones de bolívares y el porcentaje de cobertura por tipo de vacuna entre las que se encontraban antipolio oral, antihepatitis B, pentavalente, trivalente viral, antiamarílica, BCG, antirotavirus y TT+TD (embarazadas), rondó entre un 38 y 97 por ciento, según la Dirección Nacional de Inmunizaciones.
Desfasadas
Los números de años anteriores y la opacidad que rodea los actuales no permiten realizar un diagnóstico certero del escenario, pero la "desesperación" que viven familiares y allegados en busca de las vacunas, hablan por si solos.
Del Programa Ampliado de Inmunizaciones que inició en 1960 y se fortaleció con el transcurso de los años, queda solo un "excelente" esquema de vacunación reflejado en la teoría, pero cada vez más distante de la práctica, según epidemiólogos. Para que un país logre cumplir las metas de inmunización, el porcentaje de cobertura debe alcanzar al menos al 95 por ciento de su población, pero en Venezuela la proporción está "muy por debajo" según explica José Félix Oletta, exministro de Sanidad hoy Ministerio de Salud.
Vieja data
Los problemas de Venezuela en lo que respecta a los biológicos no son recientes. Desde el 2008 tanto la Red Defendamos la Epidemiología Nacional como la Sociedad Venezolana de Salud Pública, alertó sobre la "grave crisis" que imposibilita completar el esquema de inmunización.
Los programas previstos "no se están cumpliendo" y desde hace cinco años la "crisis arreció". Hace 40 años existió un programa llamado "Consulta de Niño Sano" que fue exitoso y alcanzó importantes coberturas en la población infantil. Aquello quedo en el pasado, al igual que la posibilidad de adquirir en la actualidad las vacunas.
La importación de las inmunizaciones recae exclusivamente en el Estado que puede comprarlas con "importantes" descuentos en el fondo rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud, sin embargo, las deudas contraídas por el país ante el organismo, limitó su adquisición, por lo que el Gobierno recurre a Cuba e India para conseguirlas, pagando un costo "mucho más elevado y cuya calidad del producto es dudosa" para los especialistas.
La permisología para traer del exterior las vacunas de manera independiente fue suspendida hace un par de años por el Ministerio de Salud y eliminó además la posibilidad de acceder a estas en consultorios privados o clínicas "dejando en el limbo" a quienes recurren a este servicio.