Doparse, ¿un negocio redondo?

Con el reciente caso de dopaje de Robinson Cano y las actuales políticas de las Mayores, algunos empiezan a cuestionar la eficacia del sistema antidopaje de las Grandes Ligas 

No lo dudes ni un minuto. Las medidas de las Grandes Ligas, puestas en vigor en 2005, para sancionar a los infractores no han erradicado el problema y no lo harán. Las cosas siguen igual y seguirán mientras haya un montón de dinero en juego. Los infractores sopesan pros y contras, y por distancia, los pros inclinan la balanza. Y es que con talento para jugar béisbol y un poco de “ayuda”, el número de ceros en el contrato puede variar considerablemente, por ejemplo, de un millón a 10 millones.  

¿El temor al castigo? Nulo. Si los agarran tienen una ventana bastante amplia para amortiguar la sanción en juegos y dinero. El dominicano Robinson Canó, la última gran estrella capturada in fraganti, consumió Furosemida -una sustancia que, si bien no estimula el rendimiento, se utiliza para enmascarar otras que sí lo hacen–, y había firmado con los Marineros de Seattle por 10 años y $240 millones. MLB acaba de sancionarle con la pérdida de 80 partidos, razón por la cual no devengará salario durante esos juegos. Es decir, perderá $11,851,852 millones. Pero, si a 240 le restamos 12, todavía quedan $228 millones. La pregunta es ¿sigue siendo rentable doparse?

Dominicanos y cubanos 

Las Grandes Ligas han  impuesto 73 sanciones desde que comenzó en 2005 a castigar a los peloteros que utilizan sustancias prohibidas. El primero en probar “la mano dura” de las Mayores fue el jardinero cubano Alex Sánchez. Entonces jugaba para los Tampa Bay Devil Rays y recibió una reprimenda de 10 días sin sueldo, lo que representaba para él poco más de 32 mil dólares. 

Hasta la fecha solo el dominicano Jenrry Mejía, que jugaba para los Mets de Nueva York, ha sido apartado de por vida del juego al dar positivo en una tercera prueba bajo el programa de drogas de MLB. Las dos primeras infracciones de Mejía fueron en 2015, inicialmente fue suspendido 80 partidos y luego por 160 juegos. El tercer positivo, y definitivo, fue en 2016. 

Por cierto, los naturales de la tierra del merengue y la bachata han sido los más involucrados en este tema. Según el periodista dominicano Dionisio Soldevila: un total de 31 peloteros dominicanos han sido sancionados 36 veces desde que se estableció el programa antidopaje, lo que representa casi el 50 por ciento de los sancionados.

Difícil caso para Cano 

Nadie hasta ahora ha salido en defensa del veterano y estelar pelotero, a quien todos proyectaban como un seguro futuro miembro del Salón de la Fama, y por el contrario lo que si se dio fue una revelación por parte de su excompañero de equipo con los Yanquis de Nueva York, Mark Teixeira, que reconoció no estar “sorprendido” por lo sucedido a Canó.

El argumento de Teixeira, que tuvo a Canó de compañero durante cinco temporadas con los Bombarderos del Bronx, fue que si andas en un ambiente sospechoso del consumo de sustancias prohibidas y tienes como amigos un círculo de profesionales que anteriormente fueron suspendidos por dopaje, el resultado de verte implicado en el mismo problema es de alguna manera la consecuencia lógica.