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Los vecinos se compadecieron de Luis Antonio Zamora Márquez (71), oriundo de Colombia, y lo taparon con una sábana. Los cauchos quedaron marcados sobre su piel y parte de su ropa la desgarró el pavimento. Los testigos contaron a los funcionarios del Cuerpo de Bomberos que su deceso fue rápido. Dos vehículos lo arrollaron casi simultáneamente cuando atravesaba de un extremo a otro la avenida La Limpia.
A las 8.30 de la noche se escuchó el primer frenazo. El conductor no se detuvo. Su víctima voló y cayó a pocos metros de la acera. Detrás venía otro carro, los curiosos solo alcanzaron a ver que pertenecía a la ruta de Delicias. Tampoco frenó. Le pasó por encima al anciano y siguió de largo.
La comunidad notificó a los rescatistas, quienes solo certificaron el deceso y pidieron a la Policía el traslado del cadáver a la morgue forense.
Los vecinos denunciaron que no es el primer arrollamiento en la zona. Aseguraron que la falta de alumbrado público favorece los accidentes de tránsito. Al ponerse el sol, la calle se transforma en una guillotina para transeúntes y choferes.