Los hogares de los tachirenses Leida Alvíarez y Rhonald Avendaño sufrieron los embates de los incendios que se han generado en Chile. Ambos lo perdieron todo, luego de que el fuego alcanzara las viviendas donde residían con sus familias.
Alvíarez, oriunda de Cordero, migró a Chile hace dos años, buscando un futuro para su hijo. Ella vivía con su esposo, que es discapacitado, y su hijo de 6 años en Quilpue, Popeya Sur, una de las zonas arrasadas por el fuego en Valparaiso. El incendio que consumió su vivienda se habría iniciado la tarde del pasado viernes.
“Empezó en una hectárea lejana y empezó a irse por la montaña y fue agarrando pueblo por pueblo hasta que llegó al sector donde vivíamos. Nos hizo una encerrona horrible, gracias a Dios mi familia pudo salir rápido, si hubiera durado cinco minutos más, no sé qué hubiese pasado”, añadió.
Alvíarez aseguró que se trata de una experiencia terrible: dos de sus vecinas chilenas no se salvaron, el incendio las alcanzó. “Nosotros quedamos sin nada, hasta la moto de mi esposo se quemó, quedamos sin absolutamente nada”.
“Todo fue muy desesperante”
Por su parte, Avendaño, oriundo de La Fría, llegó a Chile hace dos años y medio y vivía con su esposa en Villa Independencia. Trabaja en una fábrica de muebles de cocina y su pareja es florista, hace cuatro meses logró llevarse a sus dos hijos a Chile, quienes llegaron con sus dos hermanos y con el esposo de su hermana y su hijo.
“Ellos vivían en una casa con un primo y yo vivía en otra casa con mis hijos y mi esposa. El día viernes a eso de la 1.00 de la tarde empezó un incendio en Valparaíso, muy lejos de donde nosotros vivíamos; la ciudad se empezó a llenar de humo y cenizas, hacía mucho calor. Mi esposa y yo estábamos trabajando y mis hijos estaban solos en la casa con nuestro perrito, mi esposa ese día casualmente salió un poco más temprano y llegó a la casa a las 6.20, a esa hora ya el incendio estaba más cerca”, contó Avendaño.
Insistió en que cuando salió de su trabajo se da cuenta que el fuego estaba como a 10 kilómetros de su casa.
“Yo saqué la moto, le pusimos el collar al perro y organizamos un bolso con ropa de dormir, sacamos los pasaportes y los papeles de la moto, en ese momento se fue la luz y nos angustiamos más y decidimos salir a pasar la noche en un hotel. Cuando estamos saliendo llega mi hermano y salimos corriendo; cuando cerramos la puerta se vino un viento demasiado fuerte, el humo era demasiado, no podíamos respirar bien, no se veía nada”, añadió.
Aseguró Avendaño que en minutos había explosiones, la gente corría desesperada intentando salir en sus carros y chocaban.
“Tuvimos que optar por irnos caminando, mi hermano agarró la moto y empezamos a correr, estábamos mis hijos, mi hermano, mi sobrino, mi esposa, mi perro y un perrito de la calle que se vino con nosotros. Todo fue muy desesperante, tuvimos que correr demasiado atravesando todos los cerros, caminamos cuatro horas hasta llegar al borde costero, ahí buscamos información de dónde podíamos refugiarnos y nos vinimos al refugio República de Colombia, donde nos encontramos con mi hermana, su esposo, mi primo y un amigo de La Fría que también vivía en ese mismo barrio”, narró.
Requieren ayuda
Al igual que Alvíarez, Avendaño está desde el viernes en un albergue donde han recibido comida, agua, útiles personales y atención médica, pero igual lo perdieron todo.
Al día siguiente fueron a revisar el estado de sus viviendas: Ambas quedaron totalmente destruidas. En puntos diferentes de la zona, ambos hogares fueron consumidos por el fuego y dos familias tachirenses se preparan para empezar de nuevo.
Ninguno de ellos se ha rendido. Aunque no descartan regresar a Venezuela, ambos coinciden en que es más fácil para ellos salir adelante en Chile que en su país natal, por lo que optaron por solicitar el apoyo de organismos y las personas que deseen apoyarlos.
“Cualquier ayuda es buena y agradecemos de antemano y de todo corazón a todos. Esperamos que esta pesadilla termine pronto. Afortunadamente no tuvimos pérdidas en nuestra familia ni tampoco algún venezolano, todos los muertos eran chilenos en nuestro sector, se estima que hay más de 100 muertos”, expresó Avendaño.
Para Alvíarez, la ayuda que puedan recibir será bien recibida, sobre todo porque en su caso su esposo tiene una discapacidad y requiere de una mano amiga para salir adelante.
Fuente: La Nación.
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julio 2, 2024
