¡Dr. Almagro, échele pichón!

El pueblo venezolano, con una de las culturas políticas más avanzada del hemisferio, permanecerá al lado de la Asamblea Nacional en las actividades que allí se programen, para generar los cambios que necesitamos para salir del autoritarismo

El doctor Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), no está dispuesto a ser alcahuete y quiere pasar a la historia como un luchador por la democracia y por la libertad. En su toma de posesión dijo: “No vengo a ser marioneta de nadie; vengo a construir con hidalguía e independencia el cargo que estoy asumiendo y tengan la seguridad de que la OEA no será, en mis manos, apéndice de ideología ninguna”. 

Basado en sus principios filosóficos la OEA en reunión celebrada en Lima el 11-09-2001, propuso y aprobó por unanimidad (el comandante eternamente enterrado levantó las dos manos) la Carta Democrática Interamericana (CDI). Ésta es un instrumento que “proclama como objetivo principal el fortalecimiento y preservación de la institucionalidad democrática”. 

La Carta Democrática Interamericana (CDI)  en su art. 1, afirma: “Los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla. La democracia es esencial para el desarrollo social, político y económico de los pueblos de América. El doctor Almagro, conoce la situación de Venezuela, donde la Constitución  ha sufrido una ruptura con consecuencias nefastas por parte de todo el régimen, excepto la AN, que ha conllevado a la miseria, al hambre y a la muerte de su población y que en lo político se trancan, casi, in aeternum, todas las salidas electorales. En vista de esto, Almagro insiste en sancionar al régimen; “El pueblo de Venezuela se enfrenta a un gobierno que ha dejado de ser responsable. La Constitución nacional ha dejado de tener sentido; el Estado de derecho no está vigente, han anulado cada ley aprobada por la Asamblea Nacional. El ciudadano ha quedado a merced de un régimen totalitario”.

La respuesta de Maduro no se hizo esperar y calificó al doctor Almagro como una “basura de persona”. La crisis venezolana despertó la conciencia mundial; es muy probable que en la OEA se logre cohesionar las ideas sobre democracia y libertad, hoy con mayoría en el continente; que logren el apoyo necesario para aprobar la Carta Democrática en contra del Presidente y su régimen corrupto con vinculaciones al narcotráfico y al terrorismo internacional. El pueblo venezolano, con una de las culturas políticas más avanzada del hemisferio, permanecerá al lado de la Asamblea Nacional en las actividades que allí se programen, para generar los cambios que necesitamos para salir del autoritarismo y del desmadre causado por los comunistas. Dr. Almagro, ¡échele pichón!   

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