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Los vecinos de Gallo Verde ya no saben a quién elevar los reclamos. Pidieron ayuda a las instituciones responsables para rescatar el urbanismo donde habitan 630 familias. Recogieron firmas, presentaron cartas, exigieron a la Intendencia adentrarse en la urbanización para recuperar los espacios ante el evidente deterioro.
Marlene Urdaneta, habitante del edificio E3, acusó que el socavamiento de la cañada, que pasa a un lado de la desarrollo habitacional, amenaza con dejar incomunicados a los vecinos “por ser el único paso” para ingresar en los bloques. En ese extremo del complejo, se afectan a 320 familias que circulan por un pavimento cada día reducido, lleno de huecos y con peligro de levantarse por la intensidad de las lluvias que azota la región.
“Llegará un día que no podremos ni salir de los apartamentos. La cañada tumba la carretera. Tememos que con la crecida de la quebrada, que es la misma de El Varillal, nos desborde o nos inunde”, criticó Leangys Cardozo de León, vecina del bloque E.
Invadidos
La denuncia vecinal aumentó tras mostrar a La Verdad cómo están los espacios de recreación y deporte. Bianca Urdaneta, vecina de edificio C4, acusó que están “en total abandono” a pesar de tener solicitudes de intervención municipal y estadal. La cancha deportiva, en el centro del urbanismo, resalta por la basura, olores putrefactos y la proliferación de “personas de la calle”.
La presencia de indigentes aumentó en el año. Y es que tienen los espacios a su disposición, sin alumbrado y olvidados de vigilancia policial. “El estadio parece una guarida”, aseguró Urdaneta al recordar que a las familias de las plantas bajas “se les llevan la ropa de las cuerdas. No pueden ver nada porque roban”.
Las cartas de solicitudes de autogestión, emitidas al consejo comunal carecen de eco en la vocería socialista. “Somos familias que desde el bloque A hasta el H estamos desasistidas. Los edificios se nos caen, necesitamos que nos ayuden. Porque hasta por la basura se sufre. Pedimos ayuda a todas las instituciones y nada”, cuestionó la vecina, tras enfrentarse a un grupo de indigentes que prendió una fogata en el interior del estadio lleno de matorrales y bolsas de desechos.