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El gobierno de EEUU alertó hoy del “empeoramiento” de la situación humanitaria en la frontera entre Colombia y Venezuela, cerrada desde hace diez días, y subrayó la importancia de que se atiendan “las necesidades inmediatas de los deportados o desplazados”.
El portavoz del Departamento de Estado de EEUU, John Kirby, señaló en un comunicado su “preocupación” por la crisis fronteriza entre ambos países, que ha llevado ya a más de ocho mil 250 colombianos, entre deportados y ciudadanos que se han marchado voluntariamente, a salir de Venezuela, según datos del Gobierno de Colombia.
De acuerdo con Kirby, EEUU reconoce la importancia de proteger la frontera y de garantizar una migración “segura y ordenada”, pero a la vez cree que las deportaciones “deben llevarse a cabo de conformidad con el derecho internacional, el respeto de los derechos humanos de todos los involucrados y en coordinación con el país receptor”.
Además, EEUU cree que “los refugiados con problemas de protección reconocidos no deben ser deportados”, apuntó el portavoz.
Kirby subrayó, asimismo, que EEUU seguirá trabajando con el Gobierno de Colombia y la comunidad internacional “para asegurar el bienestar” de los desplazados o deportados.
El Departamento de Estado “apoya los esfuerzos de Colombia y Venezuela para resolver esta disputa diplomáticamente” y, además, está dispuesto “a trabajar con ambos países y otros socios regionales para encontrar una solución pacífica, humana y duradera”, afirmó el portavoz.