El Departamento de Estado de EE.UU. pidió hoy “enérgicamente” al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, que frene los ataques contra la ciudad de Masaya (oeste), uno de los bastiones opositores que mayor resistencia ha mostrado al mandatario
En un mensaje en Twitter, el secretario de Estado adjunto en funciones para Latinoamérica, Paco Palmieri, exigió el fin inmediato del ataque que supuestamente ha sido perpetrado por las llamadas “fuerzas combinadas” del Gobierno nicaragüense, integradas por policías, antimotines, parapoliciales y paramilitares.
“Instamos enérgicamente al presidente Ortega a que no ataque a Masaya. La continua violencia y derramamiento de sangre promovidos por el Gobierno de Nicaragua deben cesar inmediatamente. El mundo está observando”, afirmó Palmieri.
Según integrantes del opositor Movimiento 19 de Abril Masaya, esas “fuerzas combinadas” bloquearon este martes los accesos a esa ciudad y lanzaron un fuerte asalto contra la comunidad indígena de Monimbó.
El ataque comenzó a las 07.00 hora local (13.00 GMT) y la Policía Nacional nicaragüense ha cortado las carreteras que comunican con Masaya supuestamente para que la población no reciba ayuda, de acuerdo a la versión de dicho Movimiento.
En los últimos días, el Gobierno nicaragüense ha puesto en marcha la llamada “Operación Limpieza”, que consiste en ataques a las ciudades que han instalado tranques (bloqueos) en las carreteras con el doble propósito de protestar contra Ortega e impedir el acceso de las “fuerzas combinadas”.
Grupos de activistas han denunciado que se han registrado ataques contra las urbes de Diria, Diriomo, Masaya y Niquinohomo, donde se mantienen las barricadas.
El viernes y durante el fin de semana se produjeron agresiones contra la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) en Managua, que se había convertido en uno de los centros neurálgicos de la protestas, y contra una iglesia, cercana al centro educativo y donde se refugiaron los estudiantes.
Los violentos incidentes en Nicaragua de los últimos días han hecho que EE.UU. endurezca su postura sobre la crisis, que ha dejado más de 350 muertos desde abril.
El Departamento de Estado emitió ayer un comunicado para avisar a Ortega de que cada nueva víctima “mina aún más” su “legitimidad”.
Las protestas contra Ortega y contra su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, se iniciaron en abril por unas reformas fallidas de la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del presidente, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso de poder y corrupción.