El término egoísmo hace referencia al amor excesivo e inmoderado que un ser humano siente por sí mismo y que le hace atender desmedidamente su propio interés. Por lo tanto, el egoísta no se interesa por el interés del prójimo
Quizás la mejor forma de explicar o sintetizar toda esta desgracia que los venezolanos estamos viviendo hoy en una sola palabra, es egoísmo; dicha palabra deriva del latín, formado de ego yo, el ser individual y el sufijo ismo que significa tendencia o práctica de; por ello el término egoísmo hace referencia al amor excesivo e inmoderado que un ser humano siente por sí mismo y que le hace atender desmedidamente su propio interés. Por lo tanto, el egoísta no se interesa por el interés del prójimo y rige sus actos de acuerdo a su absoluta conveniencia.
La verdad que la intención de mi escrito es propiciar una reflexión para aquellos que pudieran sentirse aludidos al leerlo; mientras que mi motivación surge, a propósito de la interpelación de decenas de venezolanos; entre ellos, familiares, amigos y conocidos que por motivo de esta crisis que estamos padeciendo, se han visto obligados a emigrar; así como de mi propia experiencia personal cuando se me ha brindado oportunidades de trabajo desde el exterior.
Es precisamente allí donde nace el germen que nos ha traído hasta acá, ello puede evidenciarse en un sector de la población venezolana, que a pesar de que se le aducía una supuesta “ignorancia” por apoyar un proyecto político que estaba destruyendo el país, la realidad es que la mayoría sabía el grave daño que se le estaba haciendo a la nación, pero primero estaban sus intereses, por cuidar o mantener un cargo público, pensión, ayuda de una misión o cualquier dádiva que estuviese recibiendo.
Así mismo importantes sectores políticos, empresariales, gremiales, financieros y sindicales, cuyos intereses pecuniarios, mercantiles y contractuales con el sector público, fueron más importantes que el porvenir del país y el interés nacional; los cuales estaban siendo aniquilados por la más obscena y aberrante corrupción e incapacidad total en el manejo de los destinos de la nación.
Quizás uno de los hitos más importantes donde quedan demostrados los argumentos anteriores fue el paro petrolero del año 2002; donde si todo el país se hubiese unido a la causa del interés nacional, nuestra industria petrolera no estaría hoy en las condiciones que está y el país mucho menos, y millones de personas no habrían tenido que emigrar, al parecer todo por el bendito egoísmo, que hoy consumado el desastre y arrasados los intereses propios, no queda otra que el arrepentimiento silente, la conciencia oscura y el porvenir incierto; siendo así no sería pitoniso y mucho menos atrevido vislumbrar, que el mayor obstáculo para un presente y futuro mejor hemos sido nosotros mismos.