Venezuela
“Hay que ser imbécil, moralmente imbécil, para suponer que es mejor vivir rodeado de pánico y crueldad que entre amor y agradecimiento”. Fernando Savater.
La Iglesia católica venezolana en su exhortación pastoral sobre renovación ética y espiritual frente a la crisis, el 14 de enero de este año, también expresa coincidencia con la angustiosa situación económica generalizada que afecta a la nación. Dentro de un contexto general, en lo económico menciona: “el pueblo se ve sometido a dificultades nunca vistas para tener acceso a artículos de primera necesidad, una deuda externa gigantesca, que hipoteca el futuro de los venezolanos, la inflación desbordada, la devaluación de nuestra moneda, el contrabando de extracción y el desabastecimiento de productos básicos han generado el empobrecimiento creciente de amplios sectores de la población, particularmente los de menos recursos económicos, Esta crisis se acrecienta por la corrupción administrativa, el centralismo, el saqueo de las divisas del fisco, la reciente baja de los precios del petróleo, y por la ineficacia de las medidas y planes que está aplicando el Gobierno nacional para enfrentarla.”
Y recomienda de seguidas: “es necesario que, dejando a un lado concepciones ideológicas rígidas y fracasadas así como el afán de controlarlo todo, el gobierno impulse reformas que eliminen trabas a la producción, detengan la inflación, y solucionen el desabastecimiento y la carestía de los artículos de primera necesidad. Entre otras cosas promoviendo la actividad privada en la economía, consagrada en la Constitución. Venezuela necesita un nuevo espíritu emprendedor con audacia y creatividad. Pero también es necesario observar una conducta ética, recta y honesta. . . . la grave crisis que confrontamos en Venezuela revela una situación aún más profunda: una crisis moral, de valores, actitudes, motivaciones y conductas, que es preciso corregir….no podemos creer en Dios y actuar de cualquier manera.”
Fedecámaras en su asamblea nacional celebrada los días 16 y 17 de este mes, asumió como tema de fondo su “Compromiso con Venezuela”, el cual se expresa en tres consensos fundamentales: 1) la necesidad de crear confianza para la inversión y el emprendimiento; 2) la necesidad de eliminar los obstáculos que hoy enfrenta la producción nacional, y 3) la necesidad de apoyar la iniciativa de los venezolanos estableciendo prioridades claras para la inversión pública y para la promoción de la inversión privada.