Lo más grave de las afirmaciones de Maduro en este caso de la observación internacional, es que está violentando una norma que le corresponde exclusivamente al CNE
Si algo se puede deducir de los desplantes de Nicolás Maduro a cuanto ser u organismo viviente exprese opiniones distintas a las del régimen, con relación a las elecciones del 6-D, es que el jefe de la patota revolucionaria siente un miedo pavoroso, que le hiela hasta los huesos, a esa consulta electoral, porque sabe que será una derrota apabullante para el partido que lo sustenta en el poder y, en consecuencia, un rechazo categórico del pueblo a su desastrosa gestión que ha conducido a la catástrofe que vive hoy día la nación.
Maduro sale disparado a un viaje a la ONU a reunirse con el presidente Ban Ki Mon, para solicitarle su intervención ante el problema del litigio con la Guayana Esequiba; pero cuando le plantean la posibilidad de la presencia de representantes de la ONU en calidad de observadores internacionales para el proceso electoral del 6-D, responde que Venezuela no será monitoreada por nadie, demostrando una falta total de sentido común; porque si la ONU es buena para una cosa, tiene que serlo para la otra.
Pero lo más grave de las afirmaciones de Maduro en este caso de la observación internacional, es que está violentando una norma que le corresponde exclusivamente al CNE, como lo establece claramente la Ley Orgánica del Poder Electoral, en la sección de Competencias del Poder Electoral, artículo 33, numeral 14, que establece taxativamente: “Acreditar a las observadoras y los observadores nacionales o internacionales en los procesos electorales, referendos y otras consultas populares de carácter nacional, de conformidad con lo establecido en la ley”.
Maduro no tiene entidad para oponerse a la presencia de los observadores internacionales. Se deduce entonces que, o Maduro presenta un serio problema de total de desconocimiento del ordenamiento legal en materia de procesos electorales, o ha salido a relucir su vocación de dictador por su ideología comunista, la cual es negadora de todo talante democrático.
Recientemente descalificó a la OEA por el solo hecho que el nuevo Presidente del organismo, envíe observadores a Venezuela. Olvidó que Chávez tenía tanto interés en la OEA que para buscar votaciones favorables, prácticamente entregó la Guayana Esequiba a Guyana. El miedo es libre Maduro.