El Anuncio del Ángel, una gozosa complicación

Pidámosle a nuestro Dios en esta Navidad, que nos otorgue la Fuerza que brindó a Maria para poder afrontar las miles de complicaciones que significó continuar un diálogo que nos otorgó la oportunidad de la salvación

En el Evangelio de este Domingo (Lc 1,26-38) la liturgia nos presente el famoso texto de la Anunciación del Señor, cuando el ángel Gabriel se le apareció a María. Es un relato construido a la manera literaria de una péntada narrativa (situación inicial, complicación, acción transformadora, resolución y situación final); es interesante que la complicación en este relato, inicia con el saludo del ángel a María: “alégrate llena de gracias, el Señor esta contigo”; esto por el hecho de que, todo inicio de diálogo es el comienzo de una complicación, fue un saludo que le complicó la vida a María, así como igual le complicó la vida a Gedeón el saludo que Dios le hizo en el capítulo 6 del libro de los Jueces: “YHWH contigo valiente guerrero”. 

Una enorme enseñanza que nos deja este relato es, no cerrarnos a la complicación que genera todo diálogo, no ser indiferentes ante la sacralidad que significa que alguien quiera entablar un momento de relación buscando lo mejor para todos; María tuvo miedo de esto, así como lo pudiese tener cualquier otra persona, pero puso su confianza en quien tuvo la iniciativa de dialogar, y este ha sido su gran gesto de Fe. Ese gesto de Fe, de no temerle a las grandes complicaciones que significa continuar un diálogo, fue lo que hizo a María, Madre del Salvador. María no confío solo en sus fuerzas, como lo hizo Eva (Gn 3,1), sino que confió en la fuerza del Señor, ya que reconoció que hay muchas cosas imposibles para nosotros, pero no hay nada imposible para Dios. 

Pidámosle a nuestro Dios en esta Navidad, que nos otorgue la Fuerza que brindó a María para poder afrontar las miles de complicaciones que significó continuar un diálogo que nos otorgó la oportunidad de la salvación; un diálogo entre Dios y el género humano que el mismo hombre interrumpió con el pecado y qué Dios quiso restablecer a través de la humildad del pesebre.

Feliz Navidad para todos, y que la Fuerza del Espíritu Santificador (Rom 1,4) este siempre con todos nosotros pasa así no huirle a las complicaciones que genera todo proceso de diálogo. Feliz Domingo de Navidad. 

Padre Richard Colmenares 

Especialista en Sagradas Escrituras