Trabajadores señalan que la puntualidad en pago de aumentos no caracteriza al sector. Inflación, desempleo y temores suelta anuncio de tercer incremento en lo que va de año. Empleados advierten que el lunes se sentirán los efectos en productos
“Quedamos peor. Eso no va a alcanzar para nada porque hoy aumenta el sueldo y por el doble van los productos”. Lamentan en coincidencia trabajadores públicos y privados tras el anuncio de ajuste del salario mínimo y de cestatique de alimentación. José Villasmil, empleado, teme “repercusiones” hasta en la estabilidad laboral. “Dónde va uno a buscar trabajo, no hay fuente de trabajo”.
El presidente Nicolás Maduro decretó incremento de 50 por ciento del salario mínimo a partir de septiembre. Los trabajadores percibirán siete mil 525,57 bolívares más. Trepa la base del ingreso mensual a 22 mil 576,72. La bonificación en alimentación fijada en mayo en 3,5 Unidades Tributarias diarias escala a ocho UT. La remuneración, sin incidencia en cálculo de prestaciones sociales, aumenta de 18 mil 585 bolívares a 42 mil 480 al mes. Pago que debe honrar desde el 1 de agosto.
Para Rosalín Santana, enfermera, el ajuste impacta negativamente. Saca cuentas y advierte que “las empresas no podrán. No tienen cómo pagar”. La afirmación la sufre. “En los hospitales tardan para pagar hasta tres meses los aumentos”. Tiempo en el que la inflación se come las remuneraciones. “Los productos van por el doble y no alcanza el dinero”.
Con la resolución presidencial, el salario integral toca 65 mil 56,72 bolívares. Mientras, el indicador de inflación sepulta la protección pregonada por el Gobierno.
"Escenario trágico"
Orlando Ochoa, economista, estima un escenario “trágico” y es que en julio la variación de los precios de bienes y servicios rezó 23,2 por ciento, con una anualizada en 565,2 por ciento. En cinco meses asoma una escalada de más de 730 por ciento.
“Esta serie de ajustes que se dan unilateral, calculados simplemente por el Gobierno, hasta ahora han demostrado que no son pertinentes ni favorables en ningún aspecto para el trabajador. Cada vez que se dan esos aumentos se incrementan los productos, los servicios, los bienes y termina siendo disueltos en los precios”, critica Israel Anciani, administrador de empresa privada.
Diluidos en una ola de alza escrita como “receta para una hiperinflación”, precisa José Guerra, diputado y economista. Fórmula con base: “déficit fiscal elevado”, financiado con dinero y una “dosis de devaluación”. La frecuencia de incrementos salariales, -tres en lo que va de año- genera “mayor inflación”.
El presidente Maduro asegura ataques contra las sacudidas económicas. “Estas son medidas de guerra para proteger a un pueblo sometido a la guerra económica de una burguesía y de un imperialismo que cree que lo puede arrodillar, no podrán con nosotros”.
Pero Linda Ramírez, profesional, siente que el incrmento “no trae nada bueno. Lo que será es que el lunes un refresco va costar cinco mil bolívares”, resalta al destacar el efecto del decreto. “La solución es que se abran empresas, que la producción vuelva hacer lo que fue hace años”. A sus 56 años recuerda logros en el ámbito económico que asegura haber perdido. “Lo que hice en la cuarta República, me lo quitó la quinta”, lamenta.