El Baralt y su historia: siglo XIX (I)

La Sociedad Dramática de Aficionados y la Sociedad Filarmónica empiezan a organizar actividades y conciertos y Miguel Antonio Baralt, ofrece su propiedad vecina a la Plaza Independencia, antigua Plaza Mayor, hoy Plaza Bolívar 

La fundación de Maracaibo está estrechamente ligada a la cultura, a las artes y la búsqueda incesante del conocimiento por la nueva sociedad que estaba naciendo.

Los orígenes de la creación de un teatro se remontan a 1812, en plena época independentista, cuando el  representante de Maracaibo a las Cortes de Cádiz, licenciado José Domingo Rus, solicita la creación de un teatro para la ciudad, en virtud de los “teatros de corral” que ya se venían realizando en algunos sitios.

Pero no fue sino hasta 1839 cuando se dio el paso definitivo para la creación de un teatro en Maracaibo, gracias al movimiento de intelectuales, comerciantes y políticos que aclamaban en la ciudad puerto del occidente venezolano un nuevo lugar para las artes. Entre ellos destacaron Miguel Baralt y Rafael Pocaterra, porque ofrecían los patios de sus propiedades para realizar actividades culturales.

Así, la Sociedad Dramática de Aficionados y la Sociedad Filarmónica empiezan a organizar actividades y conciertos y Miguel Antonio Baralt, ofrece su propiedad vecina a la Plaza Independencia, antigua Plaza Mayor, hoy Plaza Bolívar frente a la casa del Obispo de la ciudad; para que se pudiera ejecutar la construcción del teatro y dar un salto al progreso. Las gestiones se iniciaron en 1839 con la conformación de la Sociedad Empresarial del Teatro.

A pesar de los esfuerzos, al poco tiempo se paralizó la obra por la falta de recursos en la administración pública y del apoyo de empresas privadas. Fue así que se crea la Sociedad de la Unión, debido al interés del colectivo por levantar el teatro, pero esta nueva sociedad tampoco logra recaudar los recursos necesarios para la construcción.

En 1845 se retoma el empeño por concluir el teatro. El entonces gobernador José Aniceto Serrano hace las gestiones necesarias para lograr completar la obra en 1847. Fue así como la ciudad tuve su primer teatro: una modesta edificación en forma de herradura, sin techo, pues solo tenía el escenario y la cantina y con patio cercado por bahareque para difundir la cultura.

Pero esta humilde construcción duró muy poco. Con la llegada al poder de José Tadeo Monagas (1847-1851) el recinto cultural que tanto había costado a los marabinos levantar, fue usado como cuartel para alojar la plana mayor de la milicia y acuartelar la tropa, dejando a un lado la esencia del teatro: las artes. No fue hasta las décadas finales del siglo XIX cuando Maracaibo, pudo tener nuevamente un teatro, el Teatro Baralt. 

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