Todos unidos debemos avanzar, sin imposiciones ni demoras, hacia el estado de bienestar y de soberanía que Bolívar albergó en su Discurso de Angostura. Recordemos en el Bicentenario de Angostura que “Moral y luces son los polos de una República, moral y luces son nuestras primeras necesidades”
El 15 de febrero de 1819, en la ciudad de Santo Tomé de Angostura, hoy Ciudad Bolívar, el Libertador Simón Bolívar, instala el Segundo Congreso Constituyente, con un discurso épico que hoy, 200 años después, se mantiene vigente, porque representa la génesis de la Venezuela soñada por él.
En el Discurso de Angostura, como se le conoce a aquella alocución histórica hecha por Bolívar, se dejó claro cómo debían ser las instituciones del nuevo estado. Estas instituciones debían responder a las necesidades de la sociedad.
Reconoció al Sistema Federal como favorable, pero prefirió para Venezuela un Sistema Centralista, basado en un poder público distribuido en las clásicas ramas: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, resaltando la fortaleza del Ejecutivo, inspirado en Montesquieu.
Pero además, propuso la creación de una cuarta rama o un cuarto poder: el Poder Moral, el cual se encargaría de rescatar la virtud, la honestidad, la ética y las luces. El Libertador enfatizó en la educación como el mecanismo liberador de las costumbres perniciosas y la ignorancia devenida de años de esclavitud y tiranía; en consecuencia, consideraba necesario que esta institución velara por la formación de los niños, para purificar lo que se hubiera corrompido en la República y, a su vez, acusar los antivalores de la ingratitud, el egoísmo, la frialdad del amor a la patria, la negligencia y la corrupción.
¿Qué sería de nuestras naciones sin “Moral y luces”, como el Libertador lo dijo en Angostura?
Hoy a 200 años de Angostura, tenemos la necesidad de replantear la República. Se necesita una reforma profunda en la que verdaderamente la “moral y luces” sean las puntas de lanzas del gobierno, para lograr un cambio en la sociedad.
Hay que darle mayor importancia a la educación. Invertir en preescolares, escuelas, liceos y darle a nuestras universidades el presupuesto justo de acuerdo a las necesidades actuales, para su correcto funcionamiento de acuerdo a sus ejes transversales: la docencia, la investigación y la extensión.
Todos unidos debemos avanzar, sin imposiciones ni demoras, hacia el estado de bienestar y de soberanía que Bolívar albergó en su Discurso de Angostura. Recordemos en el Bicentenario de Angostura que “Moral y luces son los polos de una República, moral y luces son nuestras primeras necesidades”.