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Ya es un hecho definitivo que el cambio político va a triunfar el próximo 6 de diciembre. Y esa es una realidad que no solo reflejan claramente todas las encuestas, sino que la estamos palpando diariamente con el pueblo zuliano, y esa decisión crece todos los días especialmente en los más pobres que son las principales víctimas de la crisis que ha generado la actuación del Gobierno nacional y de sus aliados en los estados y municipios.
Alertamos a todos los que apoyan este cambio, que es la gran mayoría de los venezolanos, para que esta percepción fundada en hechos, no debe conducirnos al triunfalismo, sin embargo, debemos redoblar el trabajo en estos últimos días, no solo para ganar, sino para hacerlo contundentemente y lograr entonces las dos terceras partes que nos permita agilizar los cambios que se iniciarán con estas parlamentarias; deben tener en cuenta que ese esfuerzo final no lo perderán, porque el triunfo está más cerca que nunca.
Para agregar un argumento sobre la gran importancia que tienen estas elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, es oportuno recordar que la nueva Asamblea Nacional que será electa tendrá por disposición constitucional una duración más allá de la duración de este Gobierno, que tendrá el tiempo máximo de tres años más, mientras esta Asamblea se elegirá por cinco años.
De tal manera, que los votantes en este proceso deberán decidir entre dos opciones, que son las que se discuten el triunfo el 6 de diciembre. Los que están de acuerdo con la gestión de Maduro como Presidente votarán por los candidatos que lo representan y están comprometidos con él a votar en la Asamblea Nacional, para que el actual Presidente siga llevando al país por este rumbo que tanto daño le ha hecho al pueblo y al interés nacional, y los que queremos un cambio de esta situación votaremos por la Unidad, que representa una nueva Venezuela muy distinta a la que hoy estamos viviendo.
El triunfo del cambio está tan claro, que ya el propio gobierno de Maduro lo ha reconocido con las actitudes recientes de sus representantes, que además los convierte en cómplices de delitos graves, por ejemplo, las afirmaciones irresponsables del presidente Maduro de que van a ganar como sea, y de que si pierden se va para la calle a lucha; es una prueba irrebatible de los disparates que le hace decir la desesperación de una derrota segura.