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Todos coinciden en que el cuarto Clásico Mundial de Béisbol ha sido un éxito en todos los aspectos. El campeonato alcanzado por la novena de los Estados Unidos en Dodger Stadium, le bajó el telón a un evento que dejó saldo positivo.
Pero también peloteros, mánager y directivos reconocen que la juventud del torneo hace obligado revisar cada detalle para tratar de mejorar rumbo a la siguiente edición porque es un hecho que el comisionado de Grandes Ligas cree que volverá en el 2021.
“Estamos satisfechos por completo por la manera en que ha ido este Clásico”, dijo Robert Manfred. “Tenemos rosters llenos en su mayoría por los mejores jugadores en el mundo. Hemos tenido grandes multitudes de aficionados, no solo en cuanto a cifras récord, sino a la pasión con la que se entregan. Esto ha sido increíble por completo”.
El comisionado de Grandes Ligas señaló que las transmisiones por televisión han llegado a 182 países con gran interés; incluso también han puesto marcas de audiencia”.
“Y lo mejor de todo han sido los partidos en el terreno de juego; increíbles”, afirmó. “Nuestros jugadores están compitiendo con su mejor esfuerzo, combinado con un poco de nacionalismo. Ha sido realmente grandioso”.
Los peloteros reconocen que es diferente jugar por la bandera de sus naciones que cuando compiten en Grandes Ligas bajo los grandes reflectores y con millones de dólares de por medio.
Todos aseguran en que el torneo ha superado sus expectativas, dentro y fuera del terreno de juego. Y que si tienen oportunidad regresarán para una próxima edición, incluidos los estadounidenses, que siempre se han considerados los más escépticos en la validez, formalidad e interés del Clásico Mundial de Béisbol.
“Jugar aquí es diferente”, dijo el primera base de Estados Unidos Eric Hosmer. “He estado en dos series mundiales, gané una, y estar aquí hace que uno se sienta orgulloso de traer el nombre de tu país en el pecho”.
“Aquí todos estamos más preocupados por defender las letras que traemos en el pecho, que por las que traemos en la espalda”, comentó el puertorriqueño Carlos Beltrán. “Desde el primer día hablamos de que los egos y las agendas personales había que dejarlas en la puerta, al entrar al clubhouse. Aquí todos venimos a defender a Puerto Rico”.
Brandon Crawford, el parador en corto de Estados Unidos, que ha quedado campeón de Grandes Ligas en dos ocasiones con los Gigantes San Francisco, dijo que el ambiente en las tribunas era formidable y que cada encuentro se sentía como si fuera un séptimo y definitivo de Serie Mundial.
Edwin Rodríguez, mánager de Puerto Rico, coincidió que: “el evento ha servido para motivar el crecimiento del béisbol en todos aspectos”, dijo. “No se puede pedir más… Y esto apenas comienza”.