
Erik
El clima está tan “loco” que ni los expertos pueden reconocerlo. Erik Quiroga, ambientalista, comenta que la sequía por la que pasa el Zulia es completamente inusual. Los cambios también se reflejan dentro del Lago de Maracaibo. El lunes se vio desde Cabimas una tromba marina, fenómeno que podría convertirse en algo frecuente de seguir el intenso clima. “El calentamiento extremo en la cuenca que está bordeada de sistemas de altas montañas que crean condiciones para la generación de lluvias con fuertes tormentas eléctricas y una inusual generación de mangueras para los meses de septiembre y octubre”.
Para el especialista, todo se debe al Efecto Ártico (deshielo por el calentamiento global), una teoría que mantiene desde 2002. “Se afectaron los patrones de viento desde el año 2007, como consecuencia del deshielo histórico ocurrido en el referido año, cuando se fundieron un millón 200 mil Km2 de hielo, desde 1979 hasta 2006 se derritieron un millón 300 mil Km2: dos millones 500 mil kilómetros cuadrados diluidos”. Asegura que debido a las alteraciones no se puede predecir si lloverá basado en años anteriores. “Hay una serie de elementos que son nuevos para todos dentro del clima. Se hacen muy difíciles los pronósticos”.
Predecir el comportamiento meteorológico no es tarea fácil. “Lo que pasa ahora es diferente a lo que vivimos antes, no se puede hacer, porque hay todo un ciclo nuevo”. La clave del cambio está en el hielo ártico, considerado como el termostato del planeta. “Este ayuda a eliminar el calor de los trópicos al evaporarlo a la atmósfera, al haber menos hielo se crea una situación que altera el equilibrio de las temperaturas entre el Ártico y los trópicos, lo cual afecta las corrientes del chorro, anticiclones y borrascas e incide en la variación de la convergencia intertropical y en las tormentas de arena del Sahara”.
Para que las nubes y las fuertes lluvias se presenten en la región tienen que converger grandes masas de aire cálido y húmero provenientes del norte y sur de la zona intertropical. “En el Zulia y nuestra región del Caribe tiene un papel determinante la convergencia intertropical y el polvo del Sahara, sus desplazamientos determinan los ciclos de lluvias y de sequías. El polvo del Sahara favorece la sequía, sus partículas reducen la cantidad de luz solar que llega a la superficie del océano Atlántico, reduciendo su temperatura, por sus características físicas, las partículas de polvo reducen el tamaño de las gotas de lluvia e inhiben la formación de nubes de gran desarrollo vertical, generadoras de precipitaciones”.
El origen
La mayoría de las tormentas tropicales que se desplazan por el Caribe, se forman en la isla de Cabo Verde frente a Senegal. La alteración de los patrones de viento determinan la intensidad del polvo del Sahara y la formación de las referidas tormentas tropicales, es allí donde se fijan nuestros ciclos de lluvia y de sequías, explica el experto. “Con un desequilibrio térmico en el Ártico, es difícil predecir el comportamiento de los ciclos del fenómeno del Niño, y hace aun más difícil pronosticar los ciclos de sequía y lluvia”.
Las sensaciones térmicas extremas que se presentaron en abril y mayo pudieran repetirse. “Es factible que el próximo mes de septiembre, cuando la incidencia de los rayos solares sea de manera directa, cuando el sol cruza el plano del ecuador, en su movimiento hacia el sur, en el equinoccio de otoño, es probable que se vuelvan a producir temperaturas extremadamente cálidas”.
Termostato alterado
Para tener una idea de la magnitud de lo ocurrido, es imaginar un gran espejo del tamaño del Mar Mediterráneo, que reflejaba el 90 % del calor, en el Ártico se diluyó y ahora absorbe calor en verano 24 horas al día, desde mediados de mayo hasta finales de julio, sobrecargando la atmósfera con su descomunal humedad afectando los patrones de viento (altas y bajas presiones), la extrema humedad se convierte en lluvias extremas de primavera a otoño, y extremos y fríos inviernos en el hemisferio norte y afecta el desplazamiento del polvo del Sahara y a la convergencia intertropical.